Karadzic pide un alto el fuego mientras sus tropas pierden terreno en Bosnia
El líder serbiobosnio, Radovan Karadzic, pidió ayer, a través de la radio oficial de Pale, el cese inmediato de los combates en Bosnia y el comienzo de conversaciones directas entre los dos bandos en guerra. El llamamiento del dirigente ultranacionalista, que dijo a los suyos que ésta puede ser la última oportunidad para negociar la paz, se produce mientras sus tropas, según informaciones coincidentes, pierden terreno en el noreste y el centro de Bosnia, cerca de las ciudades de Tuzla y Travnik, ante el Ejército gubernamental, mayoritariamente musulmán.
El Gobierno de Sarajevo, por boca del vicepresidente Ejup Ganic, respondió qué no tenía nada que decir a la propuesta de Karadzic -"que sólo demuestra su nerviosismo", replicó-, mientras los serbios de Bosnia, que controlan el 70% del territorio, no acepten el plan de paz de las potencias mediadoras. La petición de Karadzic se produce al día siguiente de que se anunciara el primer contacto directo entre el presidente serbio, Slobodan Milosevic, y un enviado del Gobierno de Sarajevo después de tres años de guerra.Radovan Karadzic, inusualmente vestido de uniforme, se ha desplazado a las líneas del frente para dar moral a. sus tropas y anunciar que los serbios bosnios reconquistarán cada kilómetro perdido, como lo hicieron en el enclave bosnio de Bihac el pasado noviembre.
La ofensiva de Tuzla, desencadenada por el Gobierno de Sarajevo a comienzos de esta semana, se une a los combates junto a Travnik, en Bosnia central, donde las tropas gubernamentales también parecen estar llevando la mejor parte. Centenares de serbios huían ayer de esta zona del frente. Algunos de estos soldados explicaron a miembros de organizaciones humanitarias que los bosnios han capturado una vital torre de comunicaciones, en el monte Vlasic, tras haberse apoderado de la torre de Stolice, en las montañas de Majevica, en las cercanías de Tuzla.
Fuentes de la ONU afirman desconocer el alcance de las ganancias territoriales bosnias, pero aventuran que la ofensiva del Ejército de Sarajevo al este de Tuzla podría haber empujado a los serbios hasta 15 kilómetros más allá del río Drina.
El plenipotenciario de la ONU para la antigua Yugoslavia, Yasushi Akashi, ha advertido que a los cascos azules sólo les cabe la posibilidad de intentar retrasar una erupción, armada en toda regla en Bosnia. Entretanto, los serbios mantienen firme el dogal en torno a Sarajevo. Los alrededores de la ciudad fueron escenario la madrugada de ayer de un importante intercambio artillero. Un observador de las Naciones Unidas y cuatro civiles resultaron heridos por francotiradores a lo largo de la tarde del viernes. Ayer mismo, el vehículo diplomático utilizado habitualmente por el embajador de EE UU en Sarajevo fue tiroteado.
Finalmente, la artillería de los serbios de Bosnia bombardeó en la tarde de ayer el en clave musulmán de Gorazde, al este de Sarajevo. Los cascos azules destacados en esta ciudad protegida por la ONU reclamaron la presencia de la fuerza aérea de la OTAN, varios de cuyos aviones de combate sobrevolaron la zona durante una hora, sin llegar a intervenir.
En Mostar, área de despliegue de los cascos azules españoles en Bosnia, un ataque con morteros contra el barrio musulmán causó la muerte a un niño e hirió a siete civiles, según informaron los observadores de la ONU.
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