Las señas
El Grupo Socialista lleva unas semanas un poco preocupado por recuperar sus señas de identidad: se ve que las ha olvidado en algún sitio. Con las señas de identidad pasa lo mismo que con los paraguas, que si no estás acostumbrado a usarlas entras en un bar a tomar un café y te las dejas en la barra. Los socialistas llevan años sin utilizar sus señas de identidad, excepto cuando llueve, sobre todo si caen votos de punta, y parece que las han olvidado en un taxi. O en Alcalá-Meco, que se ha convertido en su Alcalá Meca: o sea, que parece que están obligados a ir por lo menos una vez a lo largo de su vida de diputados. A lo mejor se las ha quitado alguien allí, en un descuido.El caso es que no paran con la historia esta de la identidad, porque hay unas elecciones al caer y te pones perdido sin el paraguas de las señas. Algunos, antes de salir de casa, miran debajo de la cama o en el cajón de los calcetines. "¿Dónde están mis señas de identidad?", gritan al fin desesperados. Entonces aparece la sirvienta dominicana y dice que las han cogido los niños para jugar. Después de todo, llevaban diez años en el trastero y creyeron que no servían para nada.
De manera que llegan a la reunión y Guerra les exige que pongan sobre la mesa toda la identidad que hayan logrado reunir desde la semana anterior. Y ahí los tienes, rascándose los bolsillos, a ver si encuentran una viruta socialista, una retórica de izquierdas, unas migas de sanidad pública o de pensiones. Pero junto a estas señas -señales, más bien- les salen reformas laborales de Pujol y billetes de banco de Mariano Rubio, y privatizaciones brutales, cuando no ex directores generales procesados por estafa y cohecho y prevaricación... y entretanto los niños, en el cole, jugando a la pelota con las señas de identidad del partido. Menudo panorama.
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