El Banco de España asegura que no están en peligro los objetivos de inflación de referencia para 1996
El Banco de España emitió ayer su dictamen. En su primer Informe sobre Inflación, que elaborará semestralmente para determinar su política monetaria autónoma, la máxima autoridad monetaria asegura, que "de las tendencias actuales del índice de precios de consumo (...) y de los factores que determinan su comportamiento no se desprende, por el momento, que la inflación se desvíe de la referencia [de inflación] establecida para el primer trimestre de 1996, de manera que el crecimiento interanual del IPC se sitúe entre el 3,5% y el 4%". Es decir, considera que la tendencia actual de la inflación es descendente y, por lo tanto, el objetivo fijado para el primer trimestre del próximo año no está en peligro. El objetivo que sirve de referencia para la política monetaria autónoma es situar el crecimiento de la inflación por debajo del 3%, de forma estable, en 1997.Los ejes principales del informe son dos. El primero es su previsión sobre los precios, minuciosamente argumentada por el servicio de estudios del banco. El objetivo inflacionista para el primer trimestre del año próximo no está en peligro por la confluencia de los siguientes factores para 1995:
-Por el "carácter acompasado de la recuperación de la demanda y, en particular, del consumo privado". Es decir, la demanda de consumo crece moderadamente y los precios no suben. "La composición esperada de la demanda resulta también favorable: se prevé que la exportación registre todavía tasas de crecimiento altas y que la formación de capital mantenga un impulso importante".
-"La continuidad en la moderación de los crecimientos de los costes salariales".
-"Continuidad en el proceso de desaceleración de los precios de los servicios".
El Banco de España advierte sobre riesgos inflacionistas que deben tenerse en cuenta para valorar la evolución de los precios: la aceleración de los precios industriales; la "debilidad mostrada por el tipo de cambio de la peseta que, combinado con el encarecimiento de las materias primas (...) ha obligado a revisar al alza la previsión sobre el aumento de los precios de importación en pesetas en el año en curso"; la continuidad de la sequía y los malos resultados previstos para numerosas cosechas y las consecuencias de la subida de impuestos indirectos.
La segunda clave es la explicación de las subidas de tipos. "El empeoramiento de las perspectivas de inflación motivó que el Banco de España elevara el tipo de intervención en la primera semana de enero". Así, el Banco lanzaba "una señal a los agentes sobre el cambio producido en el ciclo económico y sobre la mayor vigilancia que habría de ejercerse sobre las tensiones inflacionistas". El alza de tipos adyacente a la devaluación "se dirigía a desalentar la traslación a los precios interiores de la depreciación acumulada". Para el Banco, es "imprescindible que el gasto público programado para este año se convierta en el límite superior que, bajo ningún concepto, pueda superarse".
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