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FÚTBOL SEGUNDA DIVISIÓN

Más puntos con menos juego

El Rayo derrota en un pobre partido al Mallorca con un gol de Guilherme

El Rayo ya no es aquel equipo fascinante de los días que sucedieron a la marcha de David Vidal. Ya no llena de fantasía las mañanas de Vallecas. Ni de goles. Ni de grandes jugadas. Pero gana. Y sigue arriba, en la azotea de la clasificación, más firme que nunca en su idea de ascender de categoría. Ha cambiado el traje de luces por el de campo, la brillantez por la solidez, el riesgo por las precauciones, pero suma puntos a la misma velocidad. Ha modificado el carnino por el que llegar a la victoria, pero llega. Sigue siendo un valor seguro.Ayer se encontró al Mallorca, un equipo de más juego que eficacia. Tuvo más la pelota el cuadro isleño y dio la sensación de manejar el timón del encuentro. Ahogó al Rayo en su zona de creación y le llenó de problemas con algunas triangulaciones. Pero fue muy blando en ataque. Todas sus acciones se derritieron a un metro del, área. El Mallorca ladró pero no mordió.

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El Rayo Vallecano encontró puerta pronto, casi en la única visita seria que realizó sobre Prats. Y en un lance inusual. Alcázar abrió hacia la esquina para Onésimo, quien, en un gesto insólito, levantó la cabeza y centró de primera sobre el área. Por primera vez en su carrera [o casi], el regate no le tentó. El balón viajó templado y sabroso hasta la cabeza de Guilherme, que había salido completamente solo por uno de esos pasadizos secretos que se fabrica en el área. Un gol en el momento justo, su arma clásica. El brasileño no hizo nada más en toda la mañana.

Ausencia de riesgo

El tanto no borró la mala pinta con la que nació la contienda para el Rayo. Tuvo siempre un aspecto envenenado, lleno de nubes que barruntaban tormenta. Porque el Mallorca mandaba, aunque sin demasiada autoridad. Sobre todo, sin contundencia. Orejuela y Vidal (una fotocopia del ovetense Berto) armaron más de un lío por la izquierda, pero tampoco dieron gran sensación de peligro. Y cuando lo hicieron, apareció España, el cancerbero que suplía al lesionado Wilfred en el Rayo.Al Mallorca le faltó el. Sin Milojevic, ausente ayer, este equipo se queda sin gol. Se queda vacío.El Rayo prefirió amarrar los dos. puntos. Por eso, nunca arriesgó en ataque. Su juego tuvo siempre un acento cobarde que dañó a la vista, pero no al marcador. Por atrás, el equipo de Vallecas, tuvo un comportamiento intachable. Enseñó una zaga de metal, muy atenta y segura. En realidad, Paquito diseñó un once cargado de futbolistas de corte destructivo. Por eso funcionó en defensa. Y por eso, claro, no funcionó en ataque. Enseñó un juego demasiado atropellado, lleno de baches. Muy distante de la imagen fresca y saludable de hace unas pocas jornadas.

El Rayo no fue aquel equipo fascinante de los días que sucedieron a la marcha de Vidal, no. Ni llenó de fantasía Vallecas. Ni de goles. Ni de grandes jugadas. Pero ganó. Y sigue arriba, en la azotea de la clasificación.

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