Fútbol en el precipicio
El fútbol de Segunda División se disputa al borde del abismo. Un simple error basta para caer al vacío. Este deporte se mantiene eternamente joven gracias a las incógnitas. Lo mejor de la temporada resultan esospartidos del final de la Liga en los que él ascenso o el descenso se juegan a ritmo de película de acción. Este año habrá varios.Hay siete equipos en una lucha constante para, subir: Lleida, Mérida, Rayo, Vallecano, Éibar, Salamanca, Hércules y Osásuna -el Barcelona B no podría estar en Primera por ser filial-. Otros siete tratan de eludir el precipicio de la, Segunda B: Orense, Palamós, Getafe, Real Madrid B, Athletic B, Leganés y Marbella. La denominada "zona tranquila de la tabla" en Segunda tiene, pues, dimensiones reducidas.
El Barça B reafirmó en esta jornada su condición de equipo-spectáculo. Consiguió el sábado, en el Mini Estadi una de las goleadas más importantes de la temporada, frente al Leganés (6-2) y se reafirma como el conjunto máximo anotador del campeonato: 51 goles en 26 partidos. Los filiales azulgranas llevan además 15 encuentros sin perder. Iván de la Peña, un creador de juego seguro y rápido, se ha convertido en la estrella del equipo. Por su parte, el entrenador del Leganés, Luis Ángel Duque, vive con resignación el suspense: "Hasta dos jornadas del final no se sabrá con certeza quién desciende", ha dicho. El Lega se salvó contra reloj del descenso el pasado año, como el Cádiz de los buenos tiempos.El Lleida confirmó el liderato frente al Éibar (2-1) y se aproxima lentamente a Primera. El Éibar tiene la personalidad. sobria de los equipos del Norte ' y ha unido la veteranía de alguno de sus jugadores, como Garmendia o Loinaz, con la juventud. Los donostiarras son el equipo revelación de la temporada.
El Rayo descolgó ayer del grupo de élite al Mallorca, con un gol de su estrella brasileña, Guilherme. Los vallecanos realizaron un fútbol práctico, en un partido tosco, que los aficionados olvidaron en el autobús de regreso a casa. Y la crisis del Marbella se agrava. La tormentosa temporada que viven los andaluces provocó ayer unos permanentes abucheos dirigidos hacia Petrovic, el presidente que vino del frío para hacer un Marbella campeón. El equipo se desliza hacia la Segunda B. Los salvadores como Petrovic casi siempre resultan peor que una epidemia.
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