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Entrevista:ROMANO PRODICANDIDATO DEL CENTRO-IZQUIERDA A LA JEFATURA DEL GOBIERNO DE ITALIA

"Los italianos han entendido ya que los burros no vuelan"

Romano Prodi, 56 años, es un catedrático de Economía que logró en televisión hacer amena esa disciplina. Su imagen de bonachón resistió al paso por la presidencia d el primer grupo empresarial del Estado, donde llegó de la mano democristiana. Pero todo cambió hace un mes, cuando se presentó como rival electoral de Berlusconi con apoyo de los ex comunistas.Ahora que el profesor recorre Italia en un autobús, al que se han incorporado cuatro mesas, un teléfono y un fax, un equipo de Alianza Nacional le ha estado siguiendo la pista para denunciar supuestos "hechos y fechorías" en todas sus escalas. A Romano Prodi esto no le desagrada, porque es una prueba de quesu candidatura es efectiva. Varios sondeos le han dado ventaja sobre Il Cavaliere

[Berlusconi] con vistas a una cita electoral todavía sin fecha, pero que nadie cree que se pueda aplazar más allá del otoño. Para entonces, Prodi espera haber visitado 100 ciudades en su campaña. "Es una campaña dificil", reconoce, "pero no podía hacer otra". Le resultará, en efecto, complicado derrotar a un vencedor por antonomasia, y más hacerlo con las armas del pacifista.

Pregunta. ¿Ha aprendido ya a vencer a Berlusconi?

Respuesta. No he aprendido a vencer a nadie, porque yo utilizo un método completamente distinto del suyo. Si espero ganar es porque creo que no se puede reducir el país a un show televisivo. Esta política virtual está arruinando a Italia. Los jóvenes se sienten excluidos, la gente se considera extraña. Pero con viajes como éste se reaniman, se vuelve a hacer política.

P. ¿Por qué decidió dejar los libros y lanzarse a la política?

R. Porque si no, el país terminaba mal. Cuando se demostró que yo era el hombre de la unidad, o sea, cuando todas las fuerzas del centro-izquierda me indicaron como posible candidato sin controversias internas decidí que me presentaría.

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P. ¿Está en peligro la democracia en Italia?R. No es que haya un peligro dramático, pero sí existe el riesgo de que la democracia se adormezca progresivamente.

P. Usted se toma en serio la videocracia ¿piensa que representa una amenaza concreta?

R. Sí, mucho. Cuando veo que el voto por Berlusconi está ligado a los sectores de la población que son grandes usuarios de televisión, no puedo por menos de pensar que es importante.

P. ¿Qué hay que hacer entonces con las televisiones?

R. El Gobierno de Dini ha prometido que tomará medidas. Yo espero. Pero si las medidas no llegan, tendremos que reaccionar duramente antes de las elecciones. Como mínimo, habrá que suspender toda propaganda televisiva.

P. Con una perspectiva más amplia, ¿cómo se debe garantizar la igualdad de acceso a la televisión?R. En general, creo que hay dos problemas: la cuota de mercado del señor Berlusconi, que es excesivamente elevada para cualquier baremo internacional, y la presencia en política de un hombre con tanto poder en los medios de comunicación. Los dos problemas deben ser distinguidos y tratados de modo separado y no punitivo para Fininvest

[el grupo empresarial de Berlusconi]. El primero, con las reglas de la competencia. Por lo que se refiere al segundo, no es admisible que el presidente del Gobierno o cualquiera con un cargo político importante pueda tener emisoras televisivas que influyan directamente sobre la opinión pública.

P. Usted dijo, al presentarse en Roma, que el Estado social no puede ser desmantelado. ¿Se siente socialdemócrata?

R. No, porque eso implica una tradición social distinta a la mía. Yo soy un hombre de centro con profundas raíces católicas y, por ello, con una sensibilidad social especial. Ésa es la tradición que me impide cualquier alianza con esta derecha vieja.

P. El partido más visible detrás de usted es el Partido Democrático de la Izquierda (PDS). Los demás que le apoyan son, hasta ahora, grupos pequeños como La Rete o Mario Segni. ¿No teme que se pierda su imagen de hombre de centro?

R. Eso es lo que intentan mis oponentes. Pero yo respondo que el PDS por sí solo tiene un 23% de votos. Para vencer, hay que llegar al 51 %.

P. ¿Considera importante que el símbolo del Partido Popular Italiano (PPI), que incorpora el viejo escudo de la Democracia Cristiana, figure entre los que le apoyen en las elecciones?

R. Sí, porque dicen que atrae todavía algunos votos y, en esa medida, es importante. Pero los votos populares del PPI estaban ya orientados hacia, mí, antes de que se produjera una escisión.

P. ¿Conoce personalmente a Berlusconi?

R. Desde hace muchos años, creo que desde 1971, y nuestras relaciones personales han sido siempre buenas. Le encuentro una persona simpática humanamente. Nunca hubo problemas, aunque ahora, por supuesto, vuelen los insultos.

P. ¿Cuál cree que es el punto fuerte de Berlusconi y cuál su debilidad máxima?

R. Lo más fuerte de Berlusconi es su gran capacidad de comunicar, una artillería pesada que es impresionante. Su gran defecto es que no entiende una palabra de política.

P. ¿Quién cree que durará más en política:. Berlusconi o su aliado Gianfranco Fini, el líder de Alianza Nacional?

R. Yo he dicho que el Polo de la Libertad es un automóvil, en el que el motor es Fini y Berlusconi, la carrocería.

P. Hablemos de los problemas reales. Por ejemplo, la corrupción. ¿Es posible prevenirla?

R. Se la puede reducir mucho, haciendo leyes que enfrenten al corrupto con el corruptor.. Creo que hay que proceder de modo que una de las partes tenga interés en denunciar a la otra. Que ninguno se sienta seguro.P. El problema más grave de Italia es el déficit y la deúda. ¿Tiene alguna varita mágica?R. Varita mágica no, pero es un problema resoluble con tiempo y programas precisos. Los presupuestos del Estado italiano son ya excedentarios, si se excluyen los intereses de la deuda. Adoptando medidas de ajuste para dar seguriad a los mercados, se pueden reducir los intereses. Pero hácen falta entre cinco y diezaños. No soy partidario de la cura drástica, sino de una terapia continua.

P. Se necesitará recortar el Estado social, reformar las pensiones...

R. Habrá que recortar el Estado social, pero es un problema de opciones. Esta derecha no se quiere dar cuenta de que el Estado social es un elemento integrante de la tradición europea. Habrá que ser muy serios. La clave está en la reforma de las pensiones, porque es el capítulo más importante del gasto.

P. En la última campaña electoral, los italianos prefirieron el milagro de Berlusconi a cualquier propuesta realista.

R. Si votan por Berlusconi, el problema ni se plantea. Pierdo y basta. Pero estoy convencido de que los italianos han entendido ya que los burros no vuelan.

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