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Una mujer muere arrollada por un autobús que daba marcha atrás

Beatriz Rico, de 39 años de edad, falleció ayer al proteger a su hija, Diana Granados, de cuatro años, de la embestida de un autobús de la EMT, que daba marcha atrás. El trágico accidente ocurrió a las dos y veinte de la tarde; Beatriz Rico -que llevaba a su hija al colegio- se bajó con la niña del autobús de la línea 102 (que termina su recorrido en la calle de Menéndez Pelayo), y se colocó detrás del vehículo para cruzar la calle. El conductor inició la marcha atrás sin reparar en la presencia de la mujer y su hija. La niña resultó con heridas leves, mientras la madre murió en el acto.

La víctima y su hija se colocaron detrás del vehículo para cruzar la calle y dirigirse al colegio Menéndez Pelayo, donde la pequeña estudia primero de preescolar (la parada está en los pares y el centro escolar donde se dirigían está en los impares).Tras quedarse el coche vacío, el conductor del autobús, José, de 30 años y recién casado, no pudo seguir hacia delante porque otro coche de la EMT estaba pegado delante de él y le impedía el paso. Entonces el conductor inició la marcha atrás, sin darse cuenta de que en la parte trasera del coche estaban de pie la niña y su madre agarradas de la mano.

Según varios testigos, la mujer se avalanzó sobre su hija, al ver que se echaba encima el autobús. El vehículo siguió retrocediendo y golpeó a la mujer hasta aplastar con sus ruedas parte de su cráneo.

Beatriz Rico falleció en el acto, mientras que su hija sólo sufrió la rotura de una de sus extremidades. La pequeña fue ingresada inmediatamente en el hospital Doce de Octubre.

Desde el colegio donde estudia Diana se avisó a su domicilio.

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Agredir al conductor

En apenas cinco minutos se presentó en el lugar del accidente el marido de Beatriz Rico. Varias personas aseguran que el marido, alterado y. nervioso, intentó agredir al conductor del autobús.

Numerosas madres y niños, que esperaban la entrada en el colegio Menédez Pelayo, fueron testigos directos del terrible accidente.

Todos se lamentan porque la calle es muy peligrosa y no hay paso de cebra para cruzar. "Yo también traigo a mi hija en el autobús hasta el colegio, como lo hacía Beatriz, y es una vergüenza que no haya nada para cruzar, porque los coches pasan a gran velocidad", manifestó una madre.

Otra mujer indicó que la culpa del accidente la tuvo el conductor del autobús: "Por el espejo retrovisor debería de haber visto que había dos personas detrás".

Punto muerto

Ayer, los conductores de la línea 102 de la EMT preferían no ofrecer una versión del accidente: "Dicen que ha sido cuando el coche iba para atrás, pero todavía no sabemos bien qué ha ocurrido", indicó un trabajador de la EMT.

Sin embargo, otro conductor señaló que cuando alguien se pone detrás del coche es muy difícil verlo porque "siempre hay una zona muerta que no se ve". La EMT no dio ayer explicaciones sobre lo ocurrido.

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