Paesa y el Cesid intentaron que Laos validara los falsos documentos de la entrega de Roldán

El intermediario Francisco Paesa y el Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), el principal servicio secreto español, intentaron por cauces diferentes que las autoridades de Laos diesen por buenos los supuestos documentos del ministro de Justicia laosiano, Kham Ouang Boupha, otorgando bajo condiciones la extradición administrativa del ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán, según fuentes diplomáticas españolas. Paesa trataba con su gesto de persuadir al Gobierno de que no estuvo implicado en la falsificación, sino que él también fue engañado.

Para convencer a las autoridades laosianas de que diesen por buenos los documentos de la entrega de Roldán "se utilizó la presión y la seducción", según fuentes diplomáticas, pero estas no se dejaron convencer. "Han dado pruebas de una gran dignidad", añadieron.Sin embargo, los acontecimientos. se precipitaron y cualquier tentativa, de convalidación quedó definitivamente desbaratada cuando, el, jueves 2 de marzo, tres medios de comunicación españoles, la agencia Efe, EL PAÍS y Catalunya Radio, lograron contactar por teléfono con altos cargos del ministerio de Justicia laosiano que desmintieron la autenticidad de los documentos.

Paesa, según las mismas, fuentes, actuó de forma extraoficial, mientras que el Cesid lo hizo oficiosamente. El primero, un antiguo colaborador del Ministerio del Interior que actuó como intermediario en la entrega de Roldán, exigió una acreditación oficial del Gobierno español para convencer a las autoridades de Vientian de que validasen los documentos.

Su petición fue, sin embargo, rechazada de plano por la secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, ante el riesgo que representaba convertirle en embajador oficial.

Paesa, que cobró más de 250 millones de los fondos reservados por su gestión, ha intentado convencer al Gobierno, directamente y a través de intermediarios, de que desconocía que los papeles de la extradición fuesen falsos y que ha sido víctima de un engaño urdido por la organización mafiosa que protegía al fugitivo.

Escepticismo

Esta versión es contemplada con escepticismo en medios gubernamentales, donde no se oculta que se trata de la hipótesis más ventajosa para Paesa, que quedaría así libre de cualquier responsabilidad. En dichos medios se piensa, más bien, que Paesa se comprometió a conseguir los documentos de extradición de Laos y que, a última hora no pudo conseguirlos, por lo que recurrió a falsificarlos.

No hay que olvidar que Paesa, que consiguió salir incólume del caso Amedo, aparece como imputado en el sumario contra Roldán, al que ayudó a blanquear parte de su fortuna y que sólo se mostró dispuesto a colaborar en la entrega del ex director general de la Guardia Civil después de que se bloqueasen 1.500 millones transferidos desde sus cuentas en España a Singapur.

El antiguo colaborador del Ministerio del Interior llevaba ya varios días en Madrid cuando el 28 de febrero, Roldán pisó territorio español. Nadie le molestó durante su visita, a pesar de que la Policía tenía orden de la juez para localizarle desde el pasado verano.

Paesa, que mantiene estrechas relaciones con el abogado Manuel Cobo del Rosal, defensor de, Rafael Vera en el caso GAL, asesoró al ex jefe de la Guardia Civil sobre el país más conveniente para su entrega y optó por la república de Laos tras barajar Chile, de donde es originaria la esposa de Roldán, Blanca Rodríguez Porto, y Vietnam, otro país del sudeste asiático con el que el intermediario ha tenido relaciones comerciales.

En medios del Gobierno también se duda de que Roldán, que firmó los papeles de su extradición administrativa, fuera ajeno al engaño, como sostienen sus abogados, quienes han presentado una denuncia por falsificación de documentos, en la que no se identifica a los autores de la misma.

Una trampa

Los defensores de Roldán intentarán demostrar que su detención ha sido tramposa e ilegal, por lo que, en su opinión todo el procedimiento judicial contra él podría acabar siendo anulado.

Fracasada la vía Paesa, cuatro agentes del Cesid se desplazaron a Vientian, la capital de Laos, de donde regresaron tres de ellos el pasado 8 de marzo. Compartieron hotel allí con el embajador de España en Bangkok, Carlos Spottorno, encargado por el Gobierno de obtener un pronunciamento oficial del Ministerio de Exteriores de Laos sobre la validez de los documentos que, de ser ciertos, sólo hubiesen permitido juzgar a Roldán por dos de los seis delitos que se le imputan y condenarle a un máximo de 12 años de cárcel.

Tanto las citadas fuentes diplomáticas como colaboradores directos del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, aseguran que la misión de los agentes secretos era validar los documentos de Laos, mientras que otros sectores gubernamentales afirman que el encargo que llevaban era investigar la falsificación.

El Ministerio de Defensa no ha querido pronunciarse, alegando que el titular del departamento, Julián García Vargas, "ni conoce ni quiere conocer" la intervención del servicio secreto en esta operación, pues escapa a su competencia. Aunque encuadrado orgánicamente en el ministerio que dirige García Vargas, el Cesid depende, en su funcionamiento, tanto de Defensa como de Presidencia del Gobierno.