LA BIBLIA PATAS ARRIBA

El paleontólogo Emmanuel Amati ha organizado un buen lío en el Antiguo Testamento con su descubrimiento de que el monte Sinaí no era el monte Sinaí. Durante siglos, las grandes religiones monoteístas se han confundido de monte, y el verdadero del Decálogo no sería Jebel Musa, donde desde hace 1.600 años hay un manasterio ortodoxo griego, sino Har Karkoni, que dista 200 kilómetros de la franja venerada como sagrada. Amati está a punto de presentar a la comunidad científica mundial un dossier encaminado a probar sus tesis, con las que pone patas arriba la Biblia, pues, además, hipotiza una fecha distinta para él Éxodo, que habría que anticipar a menos 800 años. De ser así, y puestos a recolocarlo todo, puede que el mar Rojo no se abriera por donde nos han dicho, y que Moisés no fuera encontrado en un cesto, lo cual, aparte de dejamos sin sinónimo para el capazo de dormir a los niños, y unido a la realidad de que Charlton Heston no tiene ya edad para repetir Los diez mandamientos, nos llevaría a la conclusión de que verdaderamente vivimos en una época de grandes incertidumbres.