La angustia del banquillo
Los entrenadores viven la permanente angustia del condenado a muerte. ¿Cuándo llegará la hora del cese en el banquillo?, se deben preguntar cada jornada. Hay en España un entrenador estrella, Johan Cruyffl uno intelectual, Jorge Valdano; uno aficionado al ajedrez futbolístico, Benito Floro, y un preparador-profesor, Arsenio Iglesias. Detrás viene el gran pelotón, agotados todos de pedalear hacia los dos puntos con las maletas siempre dispuestas, como el viajante del dramaturgo Arthur Miller o los buenos políticos.Los entrenadores llegan los domingos al banquillo con el miedo y la incertidumbre marcados en su mirada. Sufren más zancadillas que los delanteros. Esta semana, en Segunda División, tocó el turno del despido a Ramón Blanco, del Atlético Marbella, y en Primera a García Remón, del Sporting.
Petrovic, presidente del Marbella, es uno de esos personajes que, cuando deciden participar activamente en la vida social supone un gratificante alivio que lo hagan en el deporte y no en la política. Esta semana ha dirigido personalmente los entrenamientos de su equipo, en medio de la protesta generalizada de los jugadores, que incluso han emitido un comunicado de protesta, hartos de cambios de entrenador e incumplimientos en el abono de las nóminas. Ramón Blanco, el entrenador asesinadito, se limitó a decir en su marcha: "He trabajado honradamente, el presidente nunca me entendió". De nada ha servido tanta tensión. El Toledo ganó ayer sin problemas al Marbella.
El campeonato de Segunda está caracterizado por un suspense tipo Hitchcock en la zona alta de la clasificación. El Barça ganó el sábado al Real Madrid en la Ciudad Deportiva en un partido de rivalidad entre filiales. Destacó, entre otros, Julio Iglesias, portero azulgrana. (Mientras, el Atlético de Madrid desplegó una estrategia en. su partido frente al Barcelona en el Vicente Calderón de muchos disparos desde lejos al generalmente inquieto Busquets).
El liderato intercambiable de Segunda División está compartido tras los resultados de esta jornada por Lleida y Mérida. Los extremeños tienen en el uruguayo Benitez al delantero goleador y resolutivo que precisa todo equipo. Y el Orense se despeña hacia Segunda B. Ayer terminó con siete jugadores y resultó goleado por el Palamós 1-4. Alguno dirá que es culpa del entrenador.
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