Fascículos
En el Foro de las Ciencias Ocultas que se celebra estos días en Madrid hay programada una conferencia bajo el título Contacto con el gobierno oculto del mundo. Me parece un exceso: nos conformaríamos con que nos presentaran al Gobierno oculto de España, a los que deciden desde la sombra, nunca mejor dicho. Y es que después de habernos internado en el puré de guisantes que rodea la detención (¿o entrega?) de Roldán, sólo cabe pensar que lo que llaman protección de las fuentes constituye más bien un ejercicio de defensa propia.A nadie escandaliza que los discursos de los grandes hombres estén escritos en la práctica por negros que conocen los vicios más secretos de la retórica, pero para lo que no estamos preparados todavía es para aceptar que a lo mejor hay un Consejo de Ministros paralelo formado, por ejemplo, por Mario Conde, Javier de la Rosa, Amedo, Domínguez, Roldán, Vera, Sancristóbal, Planchuelo, Paesa... Este último, y dado el respetuoso silencio que las fuentes gubernamentales tejen en torno a él, podría ser el presidente de ese curioso gabinete.
Ya sabemos que constituye un rasgo de inmadurez política, o de ingenuidad culpable, no aceptar que el Estado necesita de gente así para progresar moralmente. En eso hemos madurado un poco a lo largo de todos estos días; es decir, que somos más conscientes. Pero cuando vemos que la captura de un chorizo tiene tantas zonas de sombra, tantos secretos inconfesables, tantas cosas que los ciudadanos a quienes estafó no pueden conocer, nos entra otra vez la tentación de la incredulidad propia de un pueblo inculto. Así que nos parece que hay gato encerrado. A lo mejor esta sospecha procede de otra forma de ignorancia, pero es que en un cursillo acelerado no se puede aprender todo. O sea, que dosifiquen los fascículos.
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