Paesa ha sido el más beneficiado del entramado para encarcelar a Roldán
Francisco Paesa celebró el pasado martes su cumpleaños más rentable. Se iniciaba la jornada de su 590 cumpleaños coincidiendo con la culminación de su más brillante operación: la llegada a España de Luis Roldán. El Gobierno ya tiene al director general en la cárcel, pero ha sido puesto en entredicho por ocultar las cláusulas de la entrega del prófugo. El ex jefe de la Guardia Civil logró imponer algunas condiciones, pero está en prisión. El verdadero beneficiado se llama Paesa: hasta hoy ha obtenido un benevolente trato judicial y ha puesto a salvo centenares de millones de pesetas de su desconocida fortuna.
En primavera de 1994, el escándalo Roldán comenzó a salpicar a Paesa. La policía española empezó a tener datos sobre cuentas cruzadas con Roldán, compraventa de armas en Angola con participación de ambos, ventas de inmuebles compartidas... La policía llegó a sospechar que Paesa había colaborado en la fuga.Para entonces, la policía ya sabía que desde el piso parisino de Paesa, en la calle Martignac, se habían realizado extrañas llamadas a Argentina, uno de los países considerados posible escondite de Roldán.
A la vista de que podían irse cerrando las tenazas policiales y judiciales a su alrededor, Paesa se adelantó. El primer paso se produjo después del 20 de octubre de 1994. La policía recibió un aviso según el cual un residente en París estaba dispuesto a colaborar en la búsqueda de Roldán.
Así relató el encuentro el policía Juan Antonio González:. "Ya en París, en un hotel que previamente el contacto había reservado, se presenta el que resultó ser Francisca Paesa, informando a los policías que tenía en su poder determinados documentos interesantes para la investigación".
Los agentes pidieron a Paesa que entregara estos documentos a la justicia. "El resto de la entrevista se centró en sus relaciones con Roldán y en dónde podría encontrarse".
Los contactos de Paesa con la policía han sufrido altibajos, en parte influidos por la marcha de los frentes de investigación contra él. El penúltimo asalto se produjo en enero, cuando Paesa no sólo dio pistas sobre Roldán, sino que además se puso en contacto con él para convencerle de que debían encontrar fórmulas para una futura entrega-detención.
Como paso previo, Paesa obtuvo ciertas garantías de que no habría acoso policial ni judicial contra él, a la vez que ponía a buen recaudo una importante parte de su fortuna.
Una vez reblandecido Roldán, que según fuentes policiales también tuvo tiempo de salvar una buena tajada de su patrimonio, la misión de Paesa consistió en encontrar el país adecuado en que Roldán podría dejarse coger. Debía ser un país en el que Paesa tuviera contactos a altos niveles para participar en la negociación Santo Tomé, Rusia, Angola, Polonia, Francia, Suiza, Laos y Vietnam son algunos dé esos Estados. En los dos últimos incluso dispone de oficinas comerciales, según fuentes policiales.
Fue Laos el país elegido por Paesa. A partir de ese momento, ya iniciado febrero, las hipótesis son para todos los gustos. Según unos, la policía española detectó a Roldán antes de que éste decidiera si se ponía a tiro. Según otros, la policía estuvo informada, pero esperó a que se pusiera en marcha el dispositivo ideado por Paesa.
Quedan aún muchas incógnitas. La familia de Roldán asegura que sólo hubo una negociación técnica entre dos estados. Roldán dice que no fue detenido, sino que se entregó. La policía, que sostiene la hipótesis de la delación-detención, añade que Roldán estaba en Laos por una cita con Paesa para estudiar cómo obtener dinero fresco.
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