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Un detenido acusa a la Guardia Civil de malos tratos y torturas

Zigor Larredonda, uno de los detenidos en la operación policial contra el comando Barcelona, de ETA, denunciará a la Guardia Civil por haberle sometido, dijo, a malos tratos y torturas desde el momento de su arresto. Tres días después de su puesta en libertad sin cargos, tras prestar declaración ante el juez Baltasar Garzón, Larredonda efectuó las primeras declaraciones públicas en Terrassa, donde fue detenido junto a su compañera, María Ferrer, también en libertad sin cargos.La entrada a las dependencias de la Guardia Civil de Barcelona se produjo, según Larredonda, "a base de golpes contra la pared": "Después, me metieron en una habitación, me sentaron en una silla sin quitarme las esposas y me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza amenazándome con precintarla al cuello. Me dieron varios golpes con la mano y cada vez que salían unos y entraban otros me daban en la cabeza con algo parecido a una guía telefónica".

Durante un día y medio, Larredonda permaneció sin comer ni beber "ni dormir": "Me molestaron durante todo el tiempo. Me preguntaron varias veces si sabía qué hora era. Me dijeron que iban a violar a María y a ella le dijeron que le iban a hacerla bañera. Sólo me preguntaron cosas absurdas. Me obligaron a hacer flexiones. Me dijeron que me iban a electrocutar los cojones. Se rieron de mí".

Por otra parte, informa Eva Larrauri, la Guardia Civil ha detenido a tres personas más por presunta relación con la infraestructura de ETA- en Vizcaya: Santiago Segoviano Matía, de 37 años, y su compañera María José García Rueda, de 36, en Getxo, y José María Duñabeitia, de 37, en Gernika.

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