_
_
_
_
FIN DE UNA HUIDA

El regreso

Miguel González

M. G. "¿Sabes por qué hace tanto frío esta mañana en Madrid? Porque Roldán ha tirado de la manta". Hacía pocos minutos que el ex director general de la Guardia Civil había pisado tierra española, tras un viaje de 12.000 kilómetros que ponía fin a 305 días de fuga, y ya se difundían, a través de la Cadena Ser, los primeros chistes sobre su vuelta.

Efectivamente, la mañana era muy fría. Tres grados bajo cero a la entrada de la base de Torrejón de Ardoz, donde medio centenar de periodistas, vigilados por efectivos de la Policía Nacional, aguardaba la llegada del prófugo más famoso de la democracia.

A las 7.55 horas aterrizó en la base aérea el Falcon 50 del Ejército del Aire que, una hora y cuarto antes, había despegado del aeropuerto romano de Fiumicino. El traslado desde el Boeing 747 de la compañía Thai, que le trajo de Bangkok, al avión militar, que había salido de Madrid a las 22.30 de la noche del lunes, se realizó en la misma pista del aeropuerto, gracias a las facilidades otorgadas por las autoridades italianas.

Roldán y sus cinco acompañantes pasaron desapercibidos a los 400 pasajeros del vuelo Bangkok-Roma-Madrid. Iban cómodamente instalados en primera clase, rodeados de pasajeros extranjeros para quienes el hombre que durante diez meses ha traído en jaque al Gobierno español era un perfecto desconocido.

Según explicó luego el subdirector operativo de la Policía, Miguel Ángel Alonso, ni Roldán ni sus acompañantes conciliaron el sueño durante el trayecto. En 14 horas hay tiempo para hablar de muchas cosas, incluida la reclusión de sus antiguos compañeros del Ministerio del Interior, de la que el ex director general de la Guardia Civil demostró estar perfectamente informado desde su refugio laosiano.

A las 8.03 de la mañana, una caravana formada por dos furgonetas del Cuerpo Nacional de Policía, tres turismos y, a cierta distancia, una UVI móvil, cruzó sin detenerse la puerta de salida de la base de Torrejón de Ardoz y se internó a toda velocidad en la carretera N-II, camino de Madrid, donde otros dos vehículos policiales que aguardaban en el cruce se unieron a la comitiva.

Muchos coches y motocicletas con periodistas intentaron seguirles, pero pocos lo consiguieron, pues tres furgones policiales se cruzaron en la calzada cortándoles el paso y sólo se apartaron tras comprobar que el convoy oficial se había perdido en el atasco. Pese a lo aparatoso del despligue, no es seguro que en aquella caravana viajase Roldán.

Francisco Yagüe, repartidor de sandwiches, declararía minutos después que el vehículo con el preso se había marchado por la salida de Alcalá de Henares, una de las tres con que cuenta la base, que utiliza sólo el personal militar. "Estaba sonriente, como si no le hubiera pasado nada. Tenía el mismo aspecto de siempre, no demasiado bronceado. Llevaba un abrigo tipo loden cruzado de color gris o azul oscuro y se despidió al bajar del avión de sus acompañantes. Me llamó la atención que no fuera esposado", declaró el único testigo de la llegada de Roldán a España.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_