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Londres condiciona el avance en el proceso de paz en el Ulster al desarme del IRA

La sombra de la vieja batalla dialéctica entre el Gobierno británico y el Sinn Fein, partido, político que representa al Ejército, Republicano Irlandés (IRA), volvió a proyectarse ayer sobre el proceso de paz para el Ulster en la nueva fase iniciada el pasado miércoles con la publicación del documento marco anglo-irlandés. Horas después de que el líder del partido republicano, Gerry Adams, hiciera un llamamiento en la capital de Irlanda, Dublín, en el que urgía a los unionistas y al Gobierno de Londres a sentarse a negociar cuanto antes, el ministro británico para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, cerraba nuevamente la puerta en las narices a los republicanos. "El Sinn Fein no será admitido en una mesa con los partidos constitucionales" mientras no consiga convencer al IRA de que entregue las armas, dijo.

La respuesta de Adams no se hizo esperar. Primero en la BBC (radiotelevisión estatal británica), como el propio ministro, y después en la radio irlandesa, acusó a Mayhew de intentar nuevamente marginar a un partido, el Sinn Fein, que, en palabras de Adams, "representa al 12,5% del electorado en Irlanda del Norte".Adams, que ayer clausuró en Dublín el congreso anual del partido -en el que se reclamó de nuevo de las autoridades británicas la liberación de todos los presos nacionalistas-, se enfrenta a la tarea de convencer a los sectores más reacios a la paz en el seno del IRA de que el acuerdo anglo-irlandés se inclina ostensiblemente, aunque a medio plazo, hacia uña Irlanda unida.

Nada más inoportuno, en este contexto, que las declaraciones de Mayhew, evocadoras de malos recuerdos en la mente de los republicanos. "La historia del Estado, británico en lrlanda", dijo el líder nacionalista, "es la historia de la discriminación, exclusión y alienación de una parte de los ciudadanos, y, por lo que parece, Patrick Mayhew está dispuesto a continuarla".

El recurso a la violencia

La reclamación por parte del Gobierno de Londres de que el IRA acepte entregar, aunque sea escalonadamente, su arsenal armamentístico no es nueva. Ha estado presente a lo largo de todo el proceso de paz, y especialmente en las conversaciones exploratorias bilaterales celebradas en el castillo de Stormont (Belfast) entre funcionarios británicos y miembros del Sinn Fein. La argumentación del ministro británico tiene, evidentemente, su lógica. "Está claro que si alguien se sienta en la mesa de negociaciones con otros partidos constitucionales", dijo Mayhew, "sabiendo todos que maneja Semtex, misiles tierra-aire, armamento pesado, morteros y demás, a nadie se le escapa que está dispuesto a hacer uso de la antigua violencia si no obtiene lo que desea en esa mesa".

Sin embargo, los desacuerdos en esta materia no frenaron la presentación del documento marco anglo-irlandés. Un texto considerado por el Sinn Fein como una respuesta a las exigencias planteadas por el partido, pero condicionado, al fin y al cabo, al resultado de un largo debate en el Ulster.

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Basándose en el hecho de que los partidos políticos del Ulster están todavía intentando digerir el complicado documento de 37 páginas, Mayhew señaló que en estos momentos el Gobierno de Londres no tiene especial prisa por iniciar las negociaciones multipartidarias.

Gerry Adams, por su parte, recordó al ministro que todavía 18.000 soldados del Ejército británico patrullan -aunque ya no durante el día- por calles y carreteras del Ulster aún considerablemente armados. Por no hablar de los grupos paramilitares protestantes, que mantienen un alto el fuego desde octubre pero que conservan todo su potencial bélico. El Sinn Fein, mimado por las autoridades de Dublín, en cuya alcaldía ha celebrado el congreso, considera que no se puede exigir unilateralmente el desarme al IRA. Para los republicanos, este nuevo paso debe darse conjuntamente. "Patrick Mayhew habla bajo el tambor de un fusil británico; el mayor ejército sobre nuestro territorio es el ejército de ocupación británico; la mayor fuerza estatal es su policía, el Royal Ulster Constabulary", añadió el presidente del Sinn Fein.

La luna de miel con los británicos ha sido corta. El Sinn Fein ha salido reforzado, no obstante, de esta primera fase del proceso de paz. El partido ha cobrado nuevo protagonismo y ha mejorado su imagen. Esto no quiere decir que los grupos unionistas hayan vencido todas las resistencias. Tanto el Partido Democrático del Ulster como el de los Unionistas del Ulster han rechazado la mano tendida por Adams durante su discurso ante los 500 delegados del congreso del Sinn Fein. Primero Peter Robinson y más tarde Ken Maginnis, número dos del PUU, han echado mano del pasado violento de Adams y de su lugarteniente, Martin McGuinness, para explicar su rechazo.

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