Las patrulleras de Israel bloquean la salida de los puertos del sur de Líbano

En una espectacular demostración de fuerza, un número indeterminado de patrulleras israelíes cerraron ayer todos los puertos libaneses a lo largo de 70 kilómetros al sur de Beirut con el objetivo de enviar "un mensaje" claro a las autoridades libanesas -según Simón Shetreet, ministro de Economía de Israel-, a las que culpan de "humillar" a los residentes libaneses que viven cerca de la zona de seguridad israelí [una franja de 10 kilómetros al norte de la frontera de Israel con Líbano].En los últimos días, el Ejército libanés ha realizado minuciosos registros en los automóviles de estas personas, reteniendo a algunas de ellas varias horas bajo la acusación de preparar ataques suicidas contra ellos. Detrás de esa afirmación se esconde un reproche: su cooperación con Israel o con su aliado, el Ejército del sur de Líbano.

"Sin bombas, sin un solo proyectil, estamos enviando una señal a Beirut: no dejaremos al Gobierno libanés humillar a nuestros aliados del sur". Israel teme que la presión libanesa empuje a los civiles a dar apoyo a Hezbolá (Partido de Dios), que son el principal rival en la zona.

El primer ministro libanés, Rafik al Hariri, lejos de entender el mensaje, ha realizado unas durísimas declaraciones: "Se trata de terrorismo político, económico y militar".

Por otra parte, Israel suprimió ayer las patrullas conjuntas de policías y colonos armados en la zona ocupada de Cisjordania, según señaló un portavoz policial. Sin embargo, el portavoz reveló que el fiscal general israelí, Michael Ben-Yair, había dado el visto bueno para crear unidades de voluntarios uniformados integradas por colonos que podrían trabajar de forma conjunta con la policía de fronteras.

Ben-Yair, en un encuentro con oficiales de la policía, señaló que las patrullas eran ilegales y deben ser suprimidas.

Ran Cohen, un miembro del Parlamento que forma parte del ala izquierda del partido Meretz, trajo a colación la cuestión la semana pasada cuando observó que era un ultraje que colonos armados y policías patrullaran. cerca del enclave de Jericó.