Los dueños del 68% de los bosques exigen la facultad de gestionarlos por su cuenta
La sequía ha dejado yermos los cultivos de la mitad sur. Pero su efecto incide con igual gravedad en las zonas boscosas, la mayor parte de las cuales (68%) pertenece a propietarios privados. Nicasio Guardia, presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), pide que se les devuelva la gestión de sus montes para contribuir. mejor a la prevención de los incendios.Si en 1994 el fuego se cobró 432.252 hectáreas de arbolado -superficie equivalente a la provincia de Pontevedra- el agravamiento de la sequía amenaza con peores daños aún ante el estío, cuando las temperaturas alcanzan los valores máximos. En un encuentro concertado para hoy con el director del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona), Guardia solicitará la cesión a sus dueños de la explotación de los montes, hasta ahora bajo control de las comunidades autónomas.
Según Guardia, la opinión pública tiene una imagen muy distorsionada sobre los incendios de montes, atribuible en parte a los medios de comunicación. "Es una insensatez creer que son provocados por sus propietarios para aprovechar la madera. Para ellos supone un gran revés económico, porque se deprecia mucho su valor potencial. Un incendio es una gran desdicha. ¿Quién se puede creer que eso nos beneficia?".
Los selvicultores, como así se autodenominan, creen que la prensa ha desorbitado las opiniones de que alguien se beneficia de. los incendios, cuando. es una catástrofe para todos. "Algún caso habrá, pero son los menos", añade su representante.
Líneas de baja tensión
El presidente de la COSE estima que los selvicultores son una pieza clave en la defensa contra el fuego, como así lo ha reconocido el propio Icona. Para desarrollar ese papel considera fundamental que las comunidades autónomas les devuelvan la facultad de gestionar sus bosques.
"Tú pides permiso y son ellas las que te señalan cómo y cuánto puedes talar. Su labor debería limitarse a promover cursillos de formación entre los propietarios para capacitarlos, vigilar que no se hagan barbaridades y regular los usos turísticos de los montes; desde que se prodigan los vehículos y motos todoterreno cualquiera penetra en ellos sin el menor control".
La despoblación de los núcleos rurales, la sustitución de la leña por el butano como combustible, unida a la extinción del ganado de pasto, son factores que han contribuido al crecimiento de la maleza que actúa como mecha ante el menor descuido. En la mayoría de los incendios ocurridos años atrás los descuidos provienen de basureros abandonados y de la pésima calidad de las líneas de baja tensión en urbanizaciones próximas a los montes.
Los selvicultores pretenden que la opinión pública no les confunda con los toreros o nuevos ricos que adquieren fincas por mero prestigio. "Como inversión es un desastre; ellos lo hacen para sus relaciones públicas", afirma Nicasio Guardia. Con todo, sus temores se ciernen sobre las consecuencias de la grave sequía. No sólo facilitará la propagación de los incendios, sino que convierte a los montes en víctimas propicias de plagas e insectos, tan perniciosos como aquéllos. Este año ya se han detectado dos focos de escolítidos, insectos de pico corto que penetran a través de las cortezas de los árboles y acaban matándoles.
Según Guardia, la sequía ha debilitado la vegetación boscosa de Aragón, Cuenca, Levante, Cataluña, Andalucia y Murcia y si no se toman medidas de prevención, como la apertura de cortafuegos, el riesgo de incendios será aún mayor.
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