Barbero pide el suplicatorio para Guerra por delito electoral en el 'caso Filesa'

El juez del caso Filesa, Marino Barbero, propuso ayer a la Sala Segunda del Tribunal Supremo que pida a las Cortes el suplicatorio correspondiente para poder actuar penalmente contra el ex vicepresidente del Gobierno y número dos del PSOE, Alfonso Guerra, por un presunto delito electoral cometido en 1989. Asimismo, el juez instructor pretende que se amplíe el suplicatorio ya cursado en 1993 contra el senador socialista Josep Maria Sala y poder así acusarle de asociación ilícita relacionada con la creación del holding integrado por Malesa, Filesa y Thne Export para financiar las actividades electorales del partido socialista.

La Sala Segunda deberá decidir si, como ha señalado el fiscal, Guerra no puede ser encausado por un delito previsto para un cargo que nunca ostentó, el de administrador general de unas elecciones, o si solicita al Parlamento su suplicatorio.Barbero basa su petición en el artículo 149 de la Ley de Régimen Electoral General, referido a los administradores generales de las candidaturas de los partidos "que falseen las cuentas". En las elecciones generales de 1989, ese cargo lo ocupaba en el PSOE Ramón Moreda Luna, ya inculpado en el sumario.

Los informes elevados al alto tribunal por Barbero no fueron notificados ni al ministerio fiscal ni a las demás partes. Sólo los conocía el presidente de la Sala Segunda del Supremo, Enrique Ruiz-Vadillo, quien los guardó en la caja fuerte de su despacho. Él y otros dos magistrados, Luis Román Puerta y José Augusto de Vega Ruiz, estudiarán hoy las peticiones del juez instructor.

Si el Tribunal Supremo accede a la petición de Barbero, el caso Filesa -que lleva tres años en fase de instrucción- volverá a quedar paralizado nuevamente durante meses, ya que no se puede realizar ninguna actividad investigadora hasta tanto las Cámaras se pronuncien sobre los suplicatorios.

La iniciativa de Barbero provocó gran revuelo en el PSOE. El secretario de organización, Cipriá Ciscar, mostró su extrañeza y acusó al PP de "politizar la justicia".