El Efes derrota al Barcelona y le deja a expensas de terceros

La clasificación del Barcelona quedó ayer a expensas del sudor ajeno después de evidenciar su impotencia para superar el terrible ambiente de Estambul y el pragmático juego del Efes Pilsen. Le faltó al Barcelona la plusvalía con la que contó el equipo turco. Acertó a corregir los errores que llevaron a temer un correctivo severo,(34-23 en el minuto 14), pero, pese a que condujo el partido hacia donde más le convenía -69-70 a cuatro minutos de su resolución- acabó por rendirse ante la intransigencia del Efes y un par de recursos que desequilibraron el partido: los triples de Sarica y la abnegación de su bloque por recuperar el balón en posiciones defensivas.La derrota dibujó con nitidez el defecto del Barcelona. Es un equipo el azulgrana muy ortodoxo, al que resulta difícil derrotar, con muchos recursos pero le falta la chispa, el reprise, la imaginación o la inspiración individual que suelen servir para marcar diferencias en partidos del cariz del de ayer. O sea, pegada.

El Efes inyectó toda la presión que pudo en el encuentro. A la ambiental se sumó, ya de entrada, la defensa por toda la pista sobre el base azulgrana. El Efes quiso tomar el timón desde el principio y lo consiguió: 18-11. Los pívots de los dos equipos se negaron las acciones cercanas al aro rival y la resolución de los hechos quedó en manos de los tiros lejanos o las penetraciones de los jugadores exteriores. El Barcelona también acusó una falta de cuidado en el rebote defensivo que se hace crónica y que permitió que Cross mantuviera alguna superioridad en su emparejamiento con Middleton. Intentó el Barcelona una defensa en zona que tampoco le resultó beneficiosa. Las continuas faltas personales del Efes, los excelentes movimientos de Jiménez y la puesta en escena de la pareja Salva, Díez-Galilea sostuvieron el. partido del Barça que se fue al descanso con un esperanzador 43-40, lo suficiente como para pensar en remontar después.

Sarica, cinco triples

El Barcelona no fue capaz de frenar a Sarica. El alero turco demostró una insospechada gama de recursos. Era él quien se atraía a dos defensores para penetrar, forzar una personal u ofrecer asistencias. Era él quien se atrevía a lanzar triples pese a no tener una posición ortodoxa para ello y quien, además, los metía. Sus cinco triples, especialmente el quinto, el que estableció el 76-70 en la fase terminal del encuentro, fueron trascendentes. El Barcelona, en cambio, después de una magnífica fase en la que su defensa de anticipación le otorgó ventaja: 65-68, no encontró las manos apropiadas para rematar su discurso. En los instantes decisivos el papel recayó sobre Fernández pero la tensión y la extremada dureza que se adueñó de los acontecimientos en esos instantes le privaron de obtener las canastas que podían haberle dado el triunfo a los suyos. Necesita ahora el Barcelona ganar en la última jornada al Olympiakos y esperar una serie de resultados carambolescos que le beneficien en el resto de encuentros.