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La sequía y el Plan Hidrológico

PEDRO BARATO TRIGUEROLa asociación agraria Asaja solicita la constitucion urgente de una mesa de seguimiento de la sequía y del Plan Hidrológico Nacional (PHN)

La grave situación de falta dé agua que afecta a la mitad meridional del país (la cuenca del Guadalquivir, con un porcentaje sobre la capacidad de embalse del 10%; las del Guadiana y Segura, con un 9%, y Júcar, con el 12%) ha provocado graves pérdidas económicas en los cultivos de regadío de estas zonas, al haber disminuido drásticamente el volumen de las producciones, con la consiguiente merma de ingresos para los agricultores.Esta situación, lejos de ser algo transitorio y coyuntural, está consolidándose como algo casi estructural, Y confiemos en que no permanente, por lo que desde la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) enfocamos la resolución de este grave problema con una óptica diferente y más exigente. Así, en los distintos foros y mesas de negociación, Asaja ha venido demandando la urgente necesidad de abordar de forma seria y efectiva el problema de la sequía. Para ello, en primer lugar, es de vital importancia -y así se le ha solicitado al ministro de Agricultura- la constitución urgente de una Mesa de Seguimiento de la Sequía que tendrá por objetivo analizar y cuantificar, con rigor, tanto las reservas hidrológicas disponibles como la cuantificación de las pérdidas económicas para el sector agrario derivadas de la escasez de agua.

En cuanto a la valoración de pérdidas en el sector agrario como consecuencia de la reitera da sequía, que venimos padeciendo, Asaja cuantifica, estimativamente, en 300.000 millónes de pesetas las pérdidas generadas en el sector. En esta valoración se computa la compensa ción de cambio de cultivos con alto rendimiento por hectárea (algodón) por otros cultivos (oleaginosas) con menor pro ducción y menor exigencia de agua.

En segundo lugar, Asaja propone la puesta en marcha de medidas compensatorias a las rentas como única vía de alivio a las muy deterioradas economías agrarias. Las medidas contempladas en los reales decretos ley aprobados por el Gobierno en 1992 y 1994 han ido dirigidas, fundamentalmente, a la obtención de créditos a bajo interés para los agricultores afectados. Sin embargo, el aumento en el grado de endeudamiento del sector no hace aconsejable, ni viable, la repetición de este tipo de ayudas en el ineludible próximo, real decreto ley, que debería contemplar una solución definitiva (exención) para las moratorias tradicionales de los pagos de cánones y tarifas de riego a aquellos agricultores que carecen de agua con que poder acometer sus labores agrícolas.

La medida alternativa que proponemos en Asaja es una ayuda, con fondos comunitarios, por un importe cuya cuantía ascienda al 50% de la ayuda de superficie de los cultivos herbáceos, según el rendimiento comarcal asignado en el Plan Regional Productivo.

La cifra definitiva de esta medida es difícil de precisar, pues, si nos atenemos sólo al regadío y no al secano (pendientes las lluvias de primavera), habría que hacer una segregación seria y rigurosa de cultivos leñosos, herbáceos de riegos extensivos, cultivos sociales, arrozales, etcétera, que nos hacen ser prudentes y trabajar conjuntamente con las administraciones públicas para realizar la cobertura de los damnificados sin causar agravios comparativos.

Para conseguir el objetivo anterior es de vital importancia que el Gobierno español entable una negociación con los máximos responsables tanto de la Comisión Europea como del Consejo de Ministros comunitario al objeto de conseguir medidas destinadas a compensar, que no ya a paliar, las rentas de los agricultores afectados por la sequía. En este sentido, hay que recordar el caso de Portugal, que en la campaña 1992-1993 consiguió ayudas para sus agricultores y ganaderos, cosa que hasta ahora España no ha logrado.

El 1 de enero de 1995 ha entrado en vigor la orden ministerial que regula el sistema de módulos en actividades agrícolas y ganaderas. Curiosamente, este sistema de tributación no contempla los supuestos de pérdidas de los sujetos pasivos, salvo excepciones de, situaciones catastróficas, inundaciones, etcétera. Pues bien, en Asaja creemos que ha llegado el momento de poner en marcha el anexo 3 de la orden del 29 de noviembre de 1994, en donde se contempla la reducción sustancial de los módulos y los rendimientos netos por motivo de la sequía que padecemos. También exigimos la exoneración de, los posibles gastos extraordinarios motivados por esta circunstancia.

Por último, y paralelamente a esta negociación, el Gobierno español tiene la acuciante obligación de agilizar los estudios concernientes al Plan Nacional de Regadíos, y remitir su provecto al Consejo Nacional del Agua para su análisis y dictamen, ya que ésta es condición previa a la aprobación del Plan Hidrológico Nacional. Y lo que Asaja tiene bien claro es que es absolutamente necesaria la puesta en marcha de un Plan Hidrológico Nacional que goce de amplio consenso social y que desde nuestra perspectiva debe contemplar algunos, de los siguientes supuestos:

- Analizadas las series históricas de los últimos veinte años, llegamos a la conclusión de que en España llueve (670 milímetros anuales) casi tanto como en los países del centro de Europa, con la única e importante objeción de que lo hace desequilibradamente entre el norte y el sur-sureste peninsular, por lo que la corrección, con criterios de viabilidad económico-social, sería nuestro primer objetivo.

-Es obvio que las zonas deficitarias en recursos hídricos sur-sureste del país (cuenca mediterránea), son las que podrían obtener un mayor valor añadido del agua como consecuencia del cultivo de productos extratempranos o de primor que alcanzan precios altos en el mercado comunitarío, por lo que consideramos indiscutible el mantener, al menos, la actual capacidad productiva de esos regadíos.

- Por otro lado, es necesario recordar también que las cuencas cedentes de agua tienen reivindicaciones históricas de incrementar la superficie regable. En estos casos es necesario precisar que, pese a que las explotaciones de regadío en estas comarcas no son tan rentables económicamente como en la zona sur del país, sí constituyen en sí mismas. un valor considerable de riqueza social-económica y de ordenación del territorio, pues fijan la población a esas áreas rurales de la única manera posible, que es transformando sus explotaciones de secano, de bajísima rentabilidad, en tierras de regadío, que, si no multiplican su riqueza, sí sirven para incrementar las oportunidades de supervivencia en la agricultura y ganadería.La Unión Europea está llevando a cabo toda una serie de programas de desarrollo rural que van en la línea de potenciar las rentas agrarias y no agrarias de los habitantes de las zonas rurales. Lógicamente, si estas áreas están despobladas, la eficacia de los recursos comunitarios volcados en ellas tendrán escasa, o nula utilidad.

Urge pues el debate en las Cortes del Plan Hidrológico Nacional; para ello, el Pleno del Congreso de los Diputados, por acuerdo del 22 de marzo de 1994, instó al Gobierno para que elaborase y presentara una documentación de planificación previa, relativa Plan Agrario de Regadíos Plan sobre Medidas Aplicables para el Ahorro y la Reutilización de Aguas, Balance del Régimen Económico y Financiero y otros documentos sobre los que debe asentarse el Plan Hidrológico Nacional, en los términos de la Ley de Aguas.

Ninguno de estos documentos se ha aportado al Consejo Nacional del Agua. Por eso, Asaja solicita el inmediato cumplimiento de la decisión del Pleno del Congreso e insta al Ministerio de Agricultura para que remita al Consejo Nacional del Agua el Plan Nacional de Regadíos, para que, con su estudio, se comience a desbloquear la situación.

Simultáneamente, son imprescincibles las actuaciones tanto de la Administración central como las comunidades autónomas para la adopción de medidas de ahorro en la utilización del agua de riego. Ambas administraciones deberán potenciar, vía ayudas, la utilización de tecnología moderna de riego (riego por goteo) que suponga un ahorro sustancial de agua. Según el MOPTMA, con la utilización de estas técnicas se puede ahorrar entre un 7% y un 8% del volumen total de agua que se consume. Mientras que con el riego por goteo el grado de aprovechamiento supondría un ahorro de unos 1.500 hectómetros cúbicos, sobre un total de 24.300 hectómetros cúbicos correspondientes al regadío de 3,2 millones de hectáreas que consumen el 80% de los 30.500 hectómetros cúbicos de necesidades de consumo). El ahorro podría suponer caudal suficiente para poner en regadío 250.000 hectáreas.

Este aumento de la superficie de riego tiene que ir unido al aumento de la, superficie base nacional de regadío, ya que en caso contrario incurriríamos en sanciones en la campaña en que se rebasara la superficie, así como tendríamos también la obligación de abandonar sin compensación en la campana siguiente,

En lo que respecta al consumo urbano (doméstico) de agua, éste supone, en la situación actual, 4.300 hectómetros cúbicos, que, unido al abastecimiento industrial, 1.900 hectómetros cúbicos, nos da un 20% del total de las necesidades de consumo- « Aunque el PHN ya prevé un ahorro. importante en el abastecimiento dé agua, 215 hectómetros cúbicos al año (ahorro del 5%), se pueden conseguir mayores recursos vía disminución del consumo de agua, por cuanto no está justificado ni es de recibo, que el consumo de agua por habitante en España sea del entorno del doble de la media europea. Sólo con me jorar, las redes de distribución urbanas (se habla de pérdidas en redes de ciudades del norte de España del 48%) se puede obtener la mitad del ahorro previsto anteriormente.

Depuración y reutilización del agua son medidas de ahorro del agua que aúnan otro aspecto de gran importancia: el impacto ecológico. La recarga de acuíferos, el riego agrícola, parques y jardines, etcétera, pueden liberar caudales de mejor calidad que se dirigirían al abastecimiento urbano. Consideramos que 500 hectómetros cúbicos anuales podrían obtenerse vía depuración y reutilización del agua.

La desalinización es contemplada en Asaja como una vía de. obtención del recurso de agua muy significativa que sólo tiene el freno del elevado coste del proceso. Hoy por hoy, su efecto en cuanto al regadío es de sustitución y liberación de caudales, al modo y manera de depuración del agua, por cuanto no existen cultivos que proporcionen rentabilidad suficiente para el uso de aguas desalinizadas.

En definitiva, la preocupación número uno de Asaja la constituye este binomio inseparable sequía-agua, al cual es preciso, yo diría que urgente, que desde los poderes públicos, contando con los agentes de la sociedad civil, se le dé la respuesta positiva y drástica, proporcional al gravísimo problema que supone una sequía "pertináz", y un agua no tanto escasa, sino mal repartida entre la España húmeda y la seca.

es presidente de Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja).

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