A bombo y ladrillo

La media de edad de los asistentes congregados ayer en el salón de actos del Centro Cultural Joan Miró, de Móstoles (199.000 habitantes), no superaba los 35 años. Todos los asistentes al sorteo de los 101 pisos de protección oficial que el Instituto Municipal del Suelo comenzará a construir en el polígono Los Rosales de la localidad el próximo mes de abril, reúnen los mismos requisitos: no superar en cinco veces y media el salario mínimo interprofesional (unas 375.000 pesetas al mes); estar empadronado en la localidad y no tener otra vivienda en pro piedad. Eran 466 solicitantes, más de cuatro por vivienda.Tras unos primeros minutos de tensión, el presidente de la mesa comenzó a anunciar los números En primer lugar se sortearon 16 viviendas de un dormitorio al precio de siete millones de pesetas, IVA y plaza de garaje incluidos, entre 97 solicitudes. Al escuchar el número 2.382, Mariano Padilla alzó sus brazos en señal de victoria. Este joven de 25 años se presentaba por primera vez al sorteo y desconfiaba que le fuera a tocar. Junto a él, Marisa Timón, de 26 años, también resultó agraciada, por lo -que ya podrá independizarse de sus padres viviendo sola en su piso. Otros amigos de ambos, como Susana Castro, de 24 años, ya se han cansado de concursar y de que nunca les toque.

La máxima expectación llegó al inicio de la segunda parte del sorteo, dedicada a los pisos de dos dormitorios, ya que el número de solicitantes ascendía a 243, de los cuales sólo 60 se fueron con la sonrisa en la boca. Es el caso de Luis Miguel y Esmeralda, de 24 y 20 años, respectivamente, quienes estaban seguros que su número saldría de la urna porque llevaba en el bolsillo su "brocha de la suerte", aclaraba Luis Miguel mostrando un grueso pincel de pintar puertas. Esmeralda, que vive en Móstoles desde pequeña, esperaba el piso para poder casarse.

Eduardo y Olga, de 25 y 24 años, no llevaban amuleto, pero tenían la convicción de que ayer sería un día especial. Ahora tendrán que plantearse cómo pagarán el piso de casi 70 metros cuadrados y 9,5 millones de pesetas, porque él trabaja y ella sigue, opositando. "Habrá que encontrar algo para compaginarlo con mis estudios. No le voy a dejar solo con las letras", manifiesta Olga entre abrazos a su pareja y sonoras carcajadas.

Para las 24 viviendas de tres dormitorios se presentaban 124 solicitudes. Los 90 metros cuadrados y las tres habitaciones no le vendrán nada mal, al matrimonio Águeda. Ángel ya tiene 48 años y su esposa, Manuela, 41. Ambos están hartos de vivir de alquiler.