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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Juzgados de Majadahonda

Quisiera denunciar públicamente, desde las páginas de, su periódico el estado lamentable en que se encuentra la justicia en el partido judicial de Majadahonda, así como el considerable perjuicio que se deriva para el ciudadano de a pie que pueda tener un asunto en dichos juzgados, tanto de primera instancia como de instrucción.En la entrada del edificio de estos juzgados se indica que el horario de atención al público es de 9.30 a 13.30; sin embargo, he intentado hablar con determinados funcionarios para que me informaran sobre un procedimiento que me afecta, siendo éste mi peregrinaje.

Mi desesperación comienza tras finalizar las navidades de 1994. Primer intento de información: 11.00. Me comunican que la funcionaria correspondiente está de vacaciones. Solicito hablar con el juez y me indican que está en una rueda de reconocimiento en una comisaría y no saben lo que podrá tardar.

Segundo intento de información: 9.30. Ante la falta de la funcionaria, vuelvo a solicitar hablar con el juez. Me indican que todavía no ha llegado (?). Intento que me informe el señor secretario, y él mismo me indica que no aparecen los autores entre los asuntos que lleva la funcionaria ausente que me corresponde y que debería pasarme otro día, cuando ya se haya incorporado dicha funcionaria, que sería más o menos en cinco días. Son las 12.30. Decido marcharme, todavía el juez no ha llegado a su puesto de trabajo.

Tercer intento de información: 11.00. Como me indicaron que ya estaría incorporada la funcionaria a su puesto de trabajo, ilusionado, me dirijo al juzgado y me encuentro su silla vacía. Preguntando al resto del funcionariado, me indican que la funcionaria que ha de atenderme está desayunando. Son las 12.30, llega dicha funcionaria con numerosas bolsas y, por lo que sobresalía de las mismas, deduzco que es la compra del día, la cual coloca cuidadosamente junto a su armario. ¡Por fin! Le indico el asunto por el que me intereso, respondiéndome que no lo tiene entre sus expedientes. Nuevamente solicito hablar con el juez o el señor secretario, a lo cual me dicen que no pueden recibirme porque están pasando juicio de faltas y llevan un retraso considerable y que probablemente terminen alrededor de las tres de la tarde.

Cuarto intento de información: 9.30. Me indican que la funcionaria se encuentra de baja indefinida y no saben cuándo se incorporará. Su señoría no se encuentra en el juzgado.

Quinto intento de información: como de costumbre, la funcionaria, ausente, pero el juez me recibe. Rebuscamos entre los escritos y autos y la demanda no aparece. Al fin miramos entre los expedientes sin incoar y, para mi desilusión, descubrí que la demanda no se había puesto a trámite, y, según explicación del juez y secretario, por falta de carpetas para poder abrir ese expediente. El expediente se puso a trámite con inusitada urgencia.

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La demanda fue incoada, pero posteriormente sufrió considerables retrasos a lo largo de toda su tramitación, por lo cual tuve que hacer numerosas visitas al juzgado para agilizar su movimiento. Todo esto me dio pie a observar el caos existente no sólo en dicho juzgado, sino también en los restantes. Descubrí en los mismos considerables deficiencias, como falta de calefacción, falta de, información al público, ausencia de funcionarios por intervalos que van entre hora y hora y media, retrasos considerables y reiterados de los jueces, funcionarios que toman vacaciones tras las vacaciones de Navidad, funcionarias colgadas del teléfono continuamente, fotocopiadoras estropeadas, así como esperas de detenidos junto con el público y Guardia Civil a la espera de que les atienda, a unos y a otros, el juez correspondiente. En definitiva, el caos sin control. ¿Esto no podría solucionarlo el señor Belloch?-

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