Economía acoge con frialdad el consenso de los partidos políticos sobre la reforma de las pensiones

El acuerdo entre los partidos políticos sobre la reforma de la Seguridad Social no ha sido, de momento, valorado oficialmente por el Ministerio de Economía. Fuentes de este departamento señalan que "aún está en estudio", pero lo dan por bueno siempre que "no impida hacer lo que hay que hacer". Esta falta de entusiasmo contrasta con la del Grupo Parlamentario Socialista y la del secretario general de la Seguridad Social, Adolfo Jiménez. Este último señala que "descafificar unacuerdo sobre un tema de alta sensibilidad social como es el de las pensiones sena una grave equivocación". El reciente recorte del gasto ha abierto un debate sobre el grado de protección social que será clave en la elaboración del presupuesto de 1996.

En el Ministerio de Economía y Hacienda se valora positivamente el hecho de que haya habido un acuerdo pero se califican las propuestas de los partidos de "tibias" o "vagas". Es, según Puentes de este departamento, nada más que un buen punto de partida. A partir de ahí, será eficaz o no en la medida en que no impida abordar un gasto socia¡ que, en conjunto, representa el 50% del Presupuesto. La tarea se plantea como urgente de cara al Presupuesto del año que viene. Ningún gasto es incuestionable, aseguran en Economía, y el recorte efectuado la pasada semana es insuficiente para cumplir el plan de convergencia que supone reducir el déficit entre 800.000 millones de pesetas y un billón en 1996.Por el contrario, otros sectores del Gobierno y del PSOE ven en este acuerdo un buen instrumento para ahuyentar el fantasma de los recortes sociales y evitar disgustos electorales. Con este fin, el presidente del grupo parlamentario socialista, Joaquín Almunia, "invitó" a los ministros de Economía y de Trabajo a una comida antes de que se hiciera público el informe de la ponencia. En ella, Almunia destacó la bondad política del consenso y buscó la adhesión de los dos ministros para una propuesta de reforma que, según el dirigente socialista, "no tiene nada de inconcreta".

Sin embargo, otros miembros del Gobierno, como el ministro de Defensa, Julián García Vargas, o el secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor, han actuado como arietes de un debate sobre el mantenimiento del Estado del bienestar que se considera inevitable. En Economía se elude utilizar la palabra "recorte" pero sí se quiere endurecer algunos aspectos, mientras Trabajo opina que rebajar las prestaciones sociales es algo que puede hacer un partido distinto, nunca el PSOE. La Seguridad Social, afirman fuentes de este departamento, no es deficitaria, sino que se financia suficientemente con las cotizaciones y, por lo tanto, no es éste el camino para reducir el déficit público.

En este sentido, el secretario general de la Seguridad Social, Adolfo Jiménez, afirma que "esa voragine un tanto alocada de parecer que se tenía que desmontar el sistema de pensiones obedece a un enfoque político de un sector que no tiene en cuenta la solidaridad o que obedece a otros intereses". Añade que se debe ser respetuoso con el trabajo del Parlamento, que durante un año y medio ha recabado aportaciones de la Administración, sindicatos, empresarios,. catedráticos..., y que, por tanto, "es una propuesta muy meditada, con líneas de actuación para el presente y el futuro". "Lo peor que podríamos hacer en estos momentos", añade, "sería descalificar un trabajo de esta naturaleza sobre un aspecto, como el de las pensiones, que ha creado fuertes tensiones sociales".

De lo qué se trata, para Economía, no es de rebajar, por ejemplo, las pensiones como de poner freno al crecimiento del gasto social en su relación al PIB, que en 1993 supuso el 24%. Este será un aspecto clave en la elaboración del Presupuesto del año que viene, junto con las subvenciones y ayudas a empresas públicas y privadas y las transferencias a las comunidades autónomas y ayuntamientos. Tras el recorte y reajuste del gasto decidido la pasada semana, en el Ministerio de Economía se considera que poco más se puede arañar del gasto en inversión y del corriente. Es lo que vino a decir días atrás el ministro de Defensa y, a principios de esta semana, el secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor.