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El principal acusado del atentado contra sede de la ONU se declara culpable

Antonio Caño

El principal acusado en el frustrado compló islámico para volar la sede principal de las Naciones Unidas y otros edificios de Nueva York se declaró ayer culpable de todos los cargos en su contra y dijo que su líder espiritual, el jeque ciego Omar Abdel-Rahman, le dio autorización para cometer ésos y otros atentados terroristas.Esta sorprendente declaración deja a la defensa de los 12 presuntos conspiradores prácticamente sin argumentos para evitar la cadena perpetua de varios de los integrantes del grupo que actuaba bajo la guía del famoso jeque ciego de Nueva Jersey.

Siddig Ibrahim Siddig Ali relató que había pedido un fatwah (permiso) al jeque Abdel Rahman para organizar un atentado contra las Naciones Unidas, contra un edificio del Gobierno norteamericano en Nueva York y también contra dos túneles que unen Nueva York y Nueva Jersey, y que el líder espiritual se lo había concedido.

El acusado dijo, por otra parte, que Abdel-Rahman había autorizado el asesinato del presidente egipcio, Hosni Mubarak, durante una visita que éste tenía previsto hacer a Nueva York en 1993. Mubarak suspendió aquel viaje por amenazas contra su seguridad. En la lista de objetivos de ese grupo terrorista estaban también líderes norteamericanos que apoyan al Estado de Israel.

Entrenamiento militar

Siddig mencionó también los lugares de Nueva York y Pensilvania donde hay campos de entrenamiento militar en los que él y sus compañeros habían realizado cursos de adiestramiento en explosivos y armas de fuego. El jeque Siddig aseguró asimismo la culpabilidad en la preparación de los atenta dos de los otros once implicados en este proceso.

El juez del caso suspendió la vista después de las declaraciones de Siddig para dar tiempo a los abogados defensores a que replanteen el. caso. La abogada de Abdel-Rahman manifestó que había observado en los últimos días una actitud extraña de parte de Siddig, que había sido separado del resto de sus compañeros. Añadió que su cliente, que decidió establecer su exilio en Estados Unidos en los años ochenta, no se mostró sorprendido por la postura de Siddig.

Siddig, que se calificó a sí mismo como organizador de "una ola de terrorismo urbano", aceptó confesar a cambio de la promesa de que los fiscales intenten una reducción de pena. En junio de 1994, Siddig Ali ya había anunciado su decisión de colaborar con la Justicia y prestar declaración, pero se retractó poco después. Ayer, tras su intervención en el juicio, también se le permitió hacer una declaración a los musulmanes del mundo en la que asegura que Dios no les dijo que había que matar a gente inocente. Todavía es incierto si el juicio proseguirá después de esta explosiva revelación o se aplazará por varios meses.

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