El litigio egipcio-israelí
., Egipto se ha puesto a la cabeza de la manifestación. Su presidente, Hosni Mubarak, ha advertido que no volverá a firmar en mayo el Tratado de No Proliferación nuclear (TNP), que expira ahora, mientras Israel no se comprometa a suscribirlo aunque sea en una fecha posterior. Pero el Estado hebreo no tiene ninguna intención de rubricarlo, al menos hasta que no concluya la paz con todos los países árabes y buena parte de los islámicos.No es que El Cairo proyecte a estas alturas fabricar armas nucleares, pero considera que la negativa de Israel a sumarse al TNP crea un insoportable desequilibrio regional, porque permite al régimen israelí poseer unas doscientas cabezas nucleares mientras ningún otro país de la zona dispone de tales armas. Si se adhiriese al tratado, el Gobierno israelí se vería obligado a deshacerse de ellas. Las fabrica en Dimona, un reactor nuclear que no está sometido a ninguna inspección internacional.
Las autoridades israelíes no se molestan ya en desmentir que cuentan con armas nucleares; tampoco lo confirman, pero explican su negativa a suscribir el TNP por motivos que el ministro de Exteriores, Simon Peres, acaba de reiterar. Israel es el único país del mundo amenazado de destrucción por Estados de su entorno -Irak, Irán y, en menor medida, Libia-, y su no adhesión al tratado atemoriza y disuade a sus enemigos, que, recuerdan, sí lo han firmado, sin renunciar por ello a sus ambiciones nucleares. Washington ha acusado a Teherán de haber puesto en marcha un programa para construir armas nucleares.
Simpatías árabes
Egipto no está solo en su empeño. Goza de las simpatías del mundo árabe, incluido el Golfo, cuya organización regional, la Liga Árabe, se va a reunir el 15 de marzo en El Cairo para intentar coordinar su actuación. Un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel sugiere que Estados Unidos podría presionar a El Cairo con la cuantía de su ayuda económica (260.000 millones de pesetas) o recordando en algunos foros internacionales la mala situación de los derechos humanos en Egipto.
Por ahora, Washington y la Unión Europea consideran prioritario ejercer su influencia sobre Israel para que flexibilice su postura. El diario hebreo Haaretz aseguraba el martes que el Departamento de Estado ha pedido al Gobierno israelí que haga un gesto para apaciguar a Egipto. De ahí que Peres haya invitado, al parecer, a una delegación egipcia a visitar la central nuclear israelí de Nahal Sorek, ya sometida a inspecciones internacionales.
Si los árabes se mantienen en sus trece, es probable que en mayo falten dos decenas de votos al TNP. Ahora bien, el riesgo de una carrera nuclear sigue siendo inexistente en la zona. El peligro consiste más bien, lo recordaba la semana pasada Robert Pelletreau, responsable de Oriente Próximo en el Departamento de Estado, en la elaboración de armas de destrucción masiva químicas y biológicas.
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