Unionistas del Ulster y laboristas quieren forzar a Major a convocar elecciones
Un pacto que hubiera sido visto antinatura hace unos pocos meses se perfila ahora como una amenaza cada vez más seria para el Gobierno conservador de John Major. La prensa británica se hacía eco ayer de la existencia de contactos cada vez más intensos entre laboristas y unionistas con vistas a establecer un eventual bloque de oposición que obligue a convocar elecciones generales anticipadas. James Molyneaux, veterano líder del Partido Unionista del Ulster (UUP), proporcionó el sábado más argumentos a los que especulan con esta posibilidad al instar a sus compañeros de partido a que se preparen para unos comicios anticipados.En un mitin ante 200 unionistas en Armagh (Irlanda del Norte), Molyneaux, de 74 años, pidió a sus seguidores que elijan candidatos con vistas a una nueva convocatoria a las urnas. Una posibilidad nada extraña si Major pierde el apoyo, hasta ahora incondicional, de los nueve parlamentarios del UUP en Westminster. Ayer, en un programa de la BBC, David Trimble, diputado unionista en el Parlamento de Londres y una figura emergente frente al anciano Molyneaux, reiteró que su partido dejará de apoyar a John Major si el documento que se prepara sobre el futuro político de Irlanda del Norte hace mención a cualquier clase de autoridad conjunta entre el Norte y el Sur.
Otro dato que ha contribuido a afianzar la hipótesis de que algo se cuece entre laboristas y unionistas ha sido la presencia, en calidad de invitada especial, de la actual portavoz para Irlanda del Norte, Marjorie Mowlam, en el partido. que lidera Tony Blair, durante un acto político de los unionistas del Ulster celebrado el sábado por la noche en Londonderry.
Un joven periodista de The Times vinculado a una organización prounionista consiguió la exclusiva que ha abierto una profunda brecha en el proceso de paz del Ulster. John Major, alarmado por el impacto del documento en las filas de sus fieles aliados de Irlanda, se decidió a presentrase ante las cámaras de televisión y explicar desde allí que ningún documento podrá imponerles a los irlandeses del Norte la unidad con el Sur.
Calma en el Ulster
El mensaje oficial de Major al país no parece haber llevado la calma a sus aliados del Ulster. Ni Major, ni su ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, hicieron en sus respectivas intervenciones en televisión, en el primer caso, y en la Cámara de los, Comunes, en el segundo, la menor alusión a que el texto de propuestas filtrado a The Times fuera erróneo o falso. Ambos se limitaron a insistir en que no será impuesto, sino sometido al pueblo del Ulster en dos niveles diferentes: habrá de ser aprobado por los partidos constitucionales y, más tarde, sancionado por todos los habitantes de Irlanda del Norte en referéndum. Eso sin contar con la aprobación requerida del Parlamento británico.
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