Pujol pedirá a Aznar paciencia hasta 1996

Jordi Pujol, en su condición de garante de la estabilidad parlamentaria del Gobierno, transmitirá hoy al líder de la oposición conservadora, José María Aznar, su firme decisión de no propiciar, bajo ningún concepto, la convocatoria de elecciones legislativas durante el año en curso. Y le pedirá que tenga paciencia hasta 1996. El dirigente de la derecha nacionalista catalana explicará a Aznar con todo detalle que sus prioridades políticas son dos: favorecer la recuperación económica y asegurar que España ejerza con brillantez y eficacia el semestre de presidencia europea desde el 1 de julio. Ello exige, a juicio de Pujol, mantener la estabilidad gubernamental durante todo 1995. Y eso, según él, obliga a serenar el clima político.

Pujol y Aznar almorzarán hoy juntos en Madrid, en un escena rio neutral que ayer por la tarde aún no había sido determinado. El encuentro es el fruto de invitaciones cruzadas. La primera se la hizo llegar Pujol a Aznar a través de Josep Antoni Duran Lleida, su aliado democristiano. La segunda se la hizo Aznar a Pujol por carta, cuando el PP lanzó su oferta de presentar una moción de censura al Gobierno González previamente pactada con los demás grupos parlamentarios. Fuentes próximas a Pujol explicaron que Aznar había rechazado celebrar el almuerzo en la delegación de la Generalitat en Madrid, en la calle Montalbán. Pujol se entrevistará hoy tambien en Madrid con los líderes sindicales y patronales, que le explicarán la propuesta que han elaborado para rebajar la tensión política y centrar los esfuerzos del país en la recuperación económica.

La celebración de la entrevista de Aznar y Pujol se ha visto precedida de un tregua entre sus respectivos partidos. Desde hace unos meses, el PP ha renunciado a atacar la política lingüística del Gobierno catalán, pese a que los sectores más nacionalistas de la derecha española no cesan de exigírselo. Eso es algo que Pujol no puede dejar de agradecer, pues éste es un asunto que fácilmente podría enturbiar el clima político y social en Cataluña. El PP ha encajado sin rechistar la sentencia del Tribunal Constitucional, del pasado 24 de diciembre, favorable a la Ley de Normalización Lingüística, y ha renunciado a atacar el Plan de Normalización Lingüística que el Gobierno de Pujol lanzó en enero.

Confirmación de alternativa

En correspondencia, Pujol no ha cesado de lanzar durante los últimos meses el mensaje de que el PP es, efectivamente, el partido que representa la alternativa de Gobierno al PSOE y que como tal debe ser considerado. Éste es el marco en el que Pujol se apresta a explicar con todo detalle, según explicaron sus colaboradores, cuáles son sus puntos de vista sobre la situación política, sus prioridades y sus previsiones sobre el calendario político. El mensaje central es, no obstante, muy simple y se sintetiza en esta idea: nada es tan importante como la recuperación económica. Y, por tanto, a ella debe supeditarse todo lo demás. Variar el calendario electoral introduciría un factor de inquietud en los agentes económicos. Dispuesto a evitarlo, Pujol repetirá a Aznar lo que viene diciendo en las últimas semanas a múltiples interlocutores: la actual mayoría parlamentaria está plenamente garantizada.

Las previsiones de Pujol sitúan las elecciones legislativas en primavera de 1996 como más pronto y, en función de ellas, el adelanto o no de las elecciones autonómicas catalanas. Para Pujol es un detalle de importancia decisiva que ambas convocatorias no coincidan. Una eventual coincidencia provocaría una contaminación de los resultados de las elecciones autonómicas por la tendencia de la política general española, que perjudicaría a CiU y daría una prima a los partidos de ámbito estatal. Por tanto, Pujol hará lo que esté en sus manos para alejar ambas convocatorias. La solución más simple es adelantar a otoño las elecciones catalanas, algo que en los últimos días ha admitido como plausible.

La presidencia europea

Entre los argumentos que Pujol maneja para convencer a Aznar de que debe esperar a 1996 para acudir a las urnas tiene también mucho peso la conveniencia de que España obtenga un éxito en la presidencia de turno de la Unión Europea. Durante esa etapa, el segundo semestre de este año, España conducirá los trabajos previos que deben culminar en la gran reforma institucional de la Unión en 1996. Se trata de adaptar la Unión Europea a las futuras ampliaciones que permitan la incorporación de los países del Este que llaman a sus puertas.Pujol estima que para llevar a cabo esta tarea el Gobierno español debe estar en unas manos más expertas que las de Aznar. Y debe tener, además, una situación política interna relativamente tranquila, que le permita actuar con autoridad en Europa.

Los nacionalistas catalanes consideran también, según explican fuentes próximas a Pujol, que el PP no puede reducir indefinidamente su mensaje político a los españoles a la exigencia de elecciones anticipadas. Sobre todo cuando ya no le cabe esperar que González las convoque junto a las municipales de mayo. A poco que Aznar comprenda este punto de vista, calculan, la coincidencia entre CiU y el PP acerca de los ritmos electorales se hará fácil.