Burundi: ¿todavía estamos a tiempo?

Sí, respondían a esta pregunta Francisca Sauquillo y Pierre Pradier, diputados europeos y miembros del Foro por una Diplomacia Preventiva del Parlamento, en su informe (EL PAÍS, 3 de noviembre de 1994). Tres meses más tarde, los hechos imponen una interrogante. La estrategia del terror, copiada de Ruanda aunque aquí liderada por los tutsis, sigue imparable a pesar de la elección consensuada del nuevo presidente y del nuevo Gobierno. Extremistas, con el apoyo de los militares, matan y destruyen para llevar al país al horror de Ruanda.Sólo una muestra de la región de Kirundo, donde trabajé con los desplazados internos y los refugiados:

- 21-11-94: Mukenke, más de 15 muertos en un ataque. Maestros y enfermeras huyen del pueblo atemorizados.

- 4-12-94: desconocidos lanzan una granada en la casa del alcalde de Gitobe con el resultado de cuatro muertos.

- 29-12-94: una moto se detiene a tres kilómetros de Murore y lanzan una granada a una cantina. Tres muertos y cinco heridos.

- 5-1-95: Ludoviko Ndururutse, ex jefe de una aldea, durante una reunión de pacificación, es llevado a un campo de desplazados tutsis y, ante la presencia de militares, es torturado y asesinado.

- 15-1-95: desconocidos lanzan tres granadas en la iglesia católica de Munazi durante la celebración litúrgica, con el balance de siete muertos, entre ellos varios niños, y 22 heridos graves.

- 20-1-95: lanzan varias granadas a un grupo de viviendas de un barrio de Muyinga, matando a, siete personas.

La ayuda internacional económica y política es indispensable para frenar este caos y abrir un mínimo de esperanza de paz en Burundi. Pero una ayuda, como decía Sauquillo en su informe, "intensiva y prolongada". ¿Están dispuestos a ello los países occidentales?- .