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Entrevista:

"Vamos al cambio o al desastre"

El cálido abrazo que le dio el presidente Ernesto Zedillo el 17 de enero en Los Pinos pasó a la historia. El documento suscrito por todos los partidos no es un pacto, dice Porfirio Muñoz Ledo, sino un compromiso para un acuerdo" al que el Gobierno no hace frente. México se encuentra en un punto sin retorno: avanza hacia la democratización o retrocede a un sistema más autoritario.

Su currículo académico es brillante. Su trayectoria política, dilatada. Su biblioteca, infinita. Admirado, temido y odiado, este doctor en derecho internacional y ciencia política, de 62 años, es capaz de desguazar a su interlocutor con su oratoria fulminante y los destellos de sus ojillos rasgados. Ejerció el alto poder con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ahora, desde la oposición más combativa, se ha convertido en uno de los artífices de la incipiente transformación política mexicana.

Pregunta. ¿Vive México, como se dice, un momento político histórico a raíz de la firma del pacto de Los Pinos [sede de la presidencia]?

Respuesta. La firma del pacto es un momento histórico en cualquiera de los dos sentidos. Es decir, o logramos articular una serie de reformas que cambien sustancialmente este momento político y le otorguen una gobernabilidad democrática, o bien el Gobierno se enreda con los grupos de interés, pierde capacidad de maniobra y le venden como clave de la estabilidad, el endurecimiento y la imposición de modelos económicos y decisiones por los métodos verticales del salinismo. Es un momento histórico como puente hacia el cambio político o lo es como puente al desastre. O vamos a un sistema mucho más democrático, con todos los matices. Lo peor que le puede pasar al país es que de un centralismo autoritario pasemos a un autoritarismo descentralizado. El Imperio Romano terminó en una oscura Edad Media.

P. ¿Qué quiere decir con autoritarismo descentralizado?

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R. La feudalidad. Y no solamente por los Estados. Son las oligarquías locales y son grupos no institucionales de poder. Estoy implicando al narcotráfico, a los 24 multimillonarios, a un sistema bancario irresponsable, a antiguas complicidades nacionales y regionales entre oligarquías políticas y financieras. Todo eso estaba bajo la égida del PRI durante la época de Carlos Salinas.

P. Ustedes acusaron al PRI de fraude en las recientes elecciones de gobernadores de Tabasco y Chiapas, donde la situación sigue muy enconada. ¿Qué garantías recibió el PRI) respecto a estos Estados para firmar el pacto?R. Que se resolverían los casos con criterio de equidad y justicia. Y todos los casos los discutimos. Lo que sucede en el sureste del país es que hay un, proyecto de acaparamiento de la tierra y los negocios por parte de las oligarquías y políticos locales. Se está repitiendo el "fraude patriótico" que se dio en el norte hace 15 años, en este caso argumentando un falso peligro de secesión por el avance de las fuerzas progresistas.P. Se ha comparado la firma del acuerdo con el Pacto de la Moncloa. ¿Es Zedillo el Suárez mexicano?

R. (Se ríe) Si las circunstancias fueran propicias, la analogía no sería tan descabellada. Hay un referente común a la Moncloa porque es la primera experiencia estudiada de transición democrática. El caso de España es peculiar por la razón de que Franco ya se había muerto. Aquí Franco está todavía vivo. Es una diferencia importante. En México se podría hacer una ruptura pactada si hubiera una voluntad muy clara y firme del Gobierno y si hubiera capacidad política operativa. Yo no sé si la voluntad ya les haya flaqueado, siento que a Zedillo los problemas le están desbordando, pero de lo que sí se ha carecido es de capacidad operativa, y eso es muy importante. Habíamos quedado en que esos problemas de Tabasco y Chiapas se iban a resolver, y habíamos hablado de fórmulas de solución. ¿Qué pasó? Ellos pidieron que primero fuera el acuerdo global. Quisieron primero el acuerdo nacional con una cláusula que fuera la solución de los conflictos poselectorales. Fue un error, porque para resolver ese tipo de conflictos hay que actuar con mucha rapidez. Hubo interferencias dentro del propio Gobierno y hemos descubierto que hubo mentira. Nosotros no podemos ir a la mesa del acuerdo si no se resuelve el problema de Chiapas y de Tabasco. Si ha habido engaño es gravísimo. Simplemente no habrá posibilidad de una relación política

P. Si no fue un engaño, ¿hastá qué punto Zedillo tiene la capacidad de controlar a las ... ?

R. Él también tiene la capacidad de cambiar a su Gobierno. La propuesta de un gobierno de salvación nacional que ha planteado Cuauhtémoc Cárdenas [ex candidato presidencial del PRD] no está equivocada. Es un gobierno de salvación para una reforma política y para un modelo económico.

P. ¿Pero existen las condiciones para la conformación de un gobierno de salvación?

R. Yo no estoy hablando de un gobierno de cuotas. Nosotros no aceptaremos participar en un gobierno con el que no tengamos una coalición y un programa común. Hablo de personalidades independientes, en las que la sociedad se reconozca.

P. O sea, que usted ya ve alternativas al pacto. ¿Piensa que no va a funcionar?

R. No, yo digo que no va a funcionar y no hay ningún pacto que yo conozca. Nosotros vamos contra los pactos. ¿A qué pacto te refieres?

P. Pues al acuerdo de Los Pinos, claro.

R. Ésa es la cosa perversa del periodismo mexicano. Que le llamen Pacto de Los Pinos cuando con todo cuidado pusimos "compromisos para un acuerdo democrático". Yo no acepté que se llamara acuerdo. Dice "este documento", no "este acuerdo". Con mi pluma yo borré "este acuerdo". Si esos compromisos no se cumplen, no hay acuerdo.P. ¿En qué proceso se encuentra el PRD? Se habla de una esquizofrenia interna entre núcleos combativos y dialogantes.

R. En este momento yo tengo un comité ejecutivo con mayoría estable y siento que es un buen momento.

P. ¿No hubiera sido bueno que Cárdenas hubiera estado en la firma de los compromisos de Los Pinos?

R. Pero es que es una personalidad independiente. Cárdenas no tiene ninguna función estatutaria en el partido.

P. Pero sí tiene eso simbólico.

R. Sí, pero los ex candidatos no tienen por qué estar. El PRD es un movimiento y es un partido plural. Nosotros tenemos cercanía e identidad con muchos movimientos sociales.Cuauhtémoc tiene su propio espectro de liderazgo, que yo respeto. Y el partido actúa como institución y se rige por los órganos estatutarios. La esquizofrenia la inventan.P. Frente a la opinión pública hay dos líneas, la línea de Cárdenas en Chiapas, próxima al zapatismo, y la línea...

R. Eso es fruto de una profunda ignorancia política. Todo lo que hace Cuauhtémoc y lo que hago yo, o casi todo, lo tenemos perfectamente visto y concertado. Tenemos espectros distintos, tenemos que desarrollar liderazgos distintos. Yo entiendo perfectamente que Cuauhtémoc amplíe su espectro hacia la sociedad y hacia otros grupos. Es útil para el país, nos cubre un territorio político y lo hace institucionalmente por el partido.

P. Cárdenas, entonces, no es un obstáculo para el diálogo.

R. En modo alguno. Cuauhtémoc ha actuado con mucha reserva respecto al diálogo porque le engañaron mucho tiempo. Cuauhtémoc vio antes que nosotros la enorme capacidad de mentira y de perversidad de Salinas, pero precisamente porque él fue el que comenzó el diálogo con él. ¿Es que se ha olvidado ya la historia?

P. ¿Frente a Zedillo hay la misma desconfianza que frente a Salinas?

R. Eso lo sabremos. Al principio nos dio mejor impresión. Es que es difícil pensar en alguien de más mala fe que Carlos Salinas.

P. ¿Apoya el PRD las solüciones planteadas a la crisis, empezando por el paquete internacional de créditos?

R. Pues claro que no. Es más de lo mismo. Es inyectar al cuerpo las mismas bacterias de la enfermedad que tiene. Lo que el Gobierno de México debe hacer es replantear la situación de la economía internacional, con pantalones, con imaginación y con talento. Ahí está la reunión del Grupo de los Siete en mayo. Todo el mundo lo va a apoyar.

P. ¿Y entonces por qué no se ha hecho?

R. Porque el Gobierno no tiene la visión ni la capacidad de los estadistas. Porque es una generación sometida. El tamaño de nuestra economía y nuestra posición geoestratégica le da una relevancia mundial a la crisis. Lo que propongo desde hace 10 años es rehacer el diálogo norte-sur. Hay que replantear el Bretton Woods, que no funciona desde 1971. Esto es la culminación de una crisis del sistema monetario y financiero internacional. No podemos seguir funcionando así.P. Pero hoy con Zedillo, ¿cuál es la respuesta adecuada?R. Hay que encontrar otro camino. México tiene un déficit estructural de cuenta corriente. Esto quiere decir que importa mucho más de lo que exporta. Si no se resuelve este problema, esta economía no es viable. Hasta ahora se ha retroalimentado el déficit con una economía especulativa. Es necesario hacer sólo dos cosas: reducir drásticamente las importaciones y la transferencia de recursos netos. Les gusta, bien. No les gusta, igual.

P. ¿Quiere decir con ello que hay que renegociar la deuda?

R. Naturalmente. Esto es demencial.

P. ¿Se va a movilizar el partido que usted representa, el PRD, contra ese plan?R. El Partido de la Revolución Democrática se va a movilizar contra ese plan. A cortísimo plazo, este crédito era necesario. Pero ese plazo no debe ser de más de un mes. Un respiro para hacerse un gran replanteamiento. Ahora sí: El marco del Tratado de Libre Comercio ya no sirve.

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