Los museos científicos suplen la falta de laboratorios en los centros

El empeño del Ministerio de Educación por convencer a profesores y padres de que los nuevos planes de estudios de secundaria y bachillerato se ocupan de las materias científicas con mayor rigor que en el BUP y COU, no parece cuadrar con la realidad que reflejan los datos registrados por la OCDE en 1994 respecto a la formación científica de los escolares españoles.Según éstos, el 51% de los estudiantes españoles declara "no realizar nunca experimentos en sus centros" y el 69% de los colegios e institutos nacionales "no dispone de laboratorios especializados". Lo curioso es que el 64% de los escolares afirma tener una gran motivación por la ciencia, y el 63% declara que sus padres "están muy preocupados por su formación científica".

En este contexto, los talleres experimentales y los cursos de formación de profesores que llevan a cabo algunos museos de ciencias españoles parecen estar llamados a suplir algunas de esas carencias.

En el transcurso de 1994, visitaron el Museo Interactivo de la Ciencia, ACCIONA, 17.000 estudiantes de bachiller y de segundo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), pertenecientes a 600 colegios de toda España. "Nuestro cometido no es el de la escuela", señala el director de ACCIONA, Francisco de Blas, "lo más importante es que los alumnos experimenten el hecho científico de forma viva, y divertida también, por tanto, nuestra labor es pedagógica pero complementaria con la de la escuela. Otra cuestión es que la dotación científica de los centros escolares dista mucho de estar a la altura de las necesidades que la propia LOGSE plantea, lo que convierte a nuestros talleres en el único contacto con la ciencia que mantiene la mayor parte de los escolares que pasan por aquí.

Desde luego, algo se ha avanzado respecto a hace unos años, pero se necesitan mayores inversiones y mejor formación de los docentes".

Los alumnos de secundaria que pasan por este museo declaran no tener prácticamente ninguna relación con laboratorios y/o experimentación científica en sus centros. Es el caso de los estudiantes de un instituto de Belorado (Burgos) que visitaban ACCIONA la pasada semana. "Con varios ejemplos prácticos he aprendido qué es la ley de gravedad", declaraba entusiasmado Guillermo Bravo, estudiante de cuarto de secundaria, después de pasar por el taller de física.

"La Adminsitración sigue siendo sorda respecto a las necesidades científicas de la población española; España es, junto con Irlanda y Portugal, el país que menos. gasta por alumno, apenas 1.146 pesetas por año, una inversión bajo mínimos", señala Francisco de Blas, "pero no es sólo un problema imputable a la Administración sino a las empresas de este país, que no acaban de asumir que tienen que invertir en este campo. Arrastramos una concepción cultural que excluye conceptos científicos y esto, además de ser una deficiencia en la formación del individuo, es arriesgarse a tener una democracia coja".

Adolfo Martínez y Loli Delgado, profesoras del instituto burgalés, consideran que "lo más atractivo es que los alumnos experimentan en directo con objetos; que viven de cerca el hecho científico y aprenden con más rapidez y de forma más amena lo que ven en los libros. Para Delgado, el paso de la secundaria a los nuevos bachilleratos es muy problemático porque los alumnos han de optar entre diversas modalidades con una formación todavía insuficiente.