Las críticas de destacados miembros de HB provocan una crisis en la coalición 'abertzale'

La crítica de la portavoz de Herri Batasuna (HB) en el Ayuntamiento de San Sebastián, Begoña Garmendia, por el asesinato de su compañero de corporación Gregorio Ordóñez, del PP, ha sido secundada por destacados militantes de la coalición abertzale, lo que ha provocado una crisis en la Mesa Nacional. Expresiones como "deploro" o "estoy en desacuerdo" fueron usadas por miembros de HB para rechazar el atentado. Julen Madariaga, uno de los fundadores de ETA, ha manifestado que si ésta asume la autoría y BB se manifiesta de acuerdo con el crimen, él abandonará esa formación. La dirección de IHB quiso salir al paso de la situación señalando que a su militancia no le une la actividad de ETA, sino las vías de diálogo.

Julen Madariaga, en declaraciones al periódico Deia, manifestó: "Si se confirmara esta trayectoria nueva, yo ya no me consideraría de HB, dejaría de ser militante, porque el espíritu de HB y el mío divergerían totalmente". Madariaga, abogado en ejercicio, añade que en HB y ETA se están produciendo cambios.Adolfo Araiz, miembro de la Mesa Nacional y parlamentario navarro, que se negó a opinar sobre el asesinato, sí reconoció que este atentado merece "una refexión interna", aunque se opuso a que este debate, se traslade a los medios de comunicación hasta que no llegue a conclusiones.

Mariné Pueyo, concejal de HB en Pamplona, expresó su "desacuerdo" con el atentado , sean quien sean los autores". El dirigente de HB en Navarra Patxi Zabaleta, que ya se desmarcó de la coalición al negarse a encabezar la candidatura a las próximas elecciones, señaló que "deplora" el atentado.

El movimiento Elkarri (asociación por la paz surgido del entorno abertzale), que rechazó el asesinato, criticó la "cruzada contra algunos de los elementos que de forma más profunda tejen la sensibilidad de los vascos". Elkarri denuncia que algunos medios, tras el atentado, han arremetido contra las ikastolas, contra la iglesia vasca, contra el euskera, contra los sentimientos nacionalistas y contra todo lo que han encontrado en su camino antidemocrático de intolerancia y totalitarismo intelectual".

La dirección de HB quiso acallar la repercusión de las voces disidentes y, en un comunicado de tintes victimistas, expresa su "preocupación" por la escasa repercusión que han tenido sus declaraciones tras la acción armada del pasado lunes en Donostia", y asegura que "lo que une a la militancia de HB no es la adscripción al ejercicio de la lucha armada, sino un proyecto político basado en la defensa de los derechos democráticos, en el objetivo de la soberanía política y en la búsqueda de vías de diálogo y negociación para la resolución de la actual situación de conflicto".

Jarrai, la organización juvenil de la coordinadora KAS, manifestó, a través de su portavoz y parlamentario de HB, Mikel Zubimendi, que "con la muerte de Ordóñez el buque insignia del fascimo español se ha hundido en Euskal Herria". Zubimendi asegura que el concejal se destacó "por exigir más represión contra Jarrai y contra el movimiento juvenil abertzale". Además, esta organización dice que Ordóñez "se alegró de la muerte de militantes vascos y de la situación que padecen los presos".

Precisamente un militante de Jarrai, Asier Ormazabal, es señalado como el presunto asesino. El arma usada es la que se empleó contra el sargento Alfonso Morcillo, de la policía local de San Sebastián.

El periódico Egin, afin a HB, afirma en su editorial de ayer que el atentado "se perfilaría como una respuesta a la negativa reiteradamente anunciada por el PP a buscar soluciones al conflicto que no se basen en duras posiciones, y que pasan por un modelo de Estado en el que a la violencia armada de ETA sólo oponen la vía de

su liquidación física y la intiransigencia a cualquier reconocimiento de las históricas reivindicaciones dé Euskal Herria".