El patrón del fútbol argelino, asesinado por un comando islámico en el centro de Argel
Rachid Haraigue, de 58 años, considerado como el gran patrón del fútbol argelino, fue asesinado a tiros ayer por la mañana en el centro de Argel. El atentado, que no ha sido reivindicado oficialinente, fue ejecutado por un comando presumibiemente integrista, que le disparó varios tiros en la cabeza, cuando se disponía a poner en marcha su coche, aparcado cerca de su domicilio. Es el segundo dirigente del fútbol argelino asesinado en el país desde que se inició hace cuatro años la oleada de violencia, que ha registrado en los últimos días un nuevo recrudecimiento con la muerte de dos parlamentarios.
Haraigue, antiguo combatiente de la guerra de liberación de Argelia y condenado por su militancia en el Frente de Liberación Nacional (FLN) a la pena de muerte por las tropas coloniales francesas, ostentaba desde julio del año pasado la presidencia de la Federación Argelina de Fútbol, el deporte nacional por excelencia. Haraigue era un antiguo jugador y dirigente del equipo local Belcurt, una de las barriadas más populares y futboleras de la capital. La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) deploró ayer el atentado en un comunicado emitido en Zúrich.El asesinato del patrón del fútbol argelino se produjo en el barrio de Telemly, uno de los más céntricos de la capital, muy cerca del epicentro de la ciudad formado por el Palacio del Primer Ministerio y la Central de Correos. Este núcleo se ha convertido en los últimos anos en escenario de numerosos atentados y asesinatos, entre otros el secuestro de tres funcionarios consulares franceses en 1992.
Haraigue encontró la muerte sentado al volante de su coche, cuando estaba a punto de ponerlo en marcha y se disponía a abandonar la calle de Krim Belkacem, donde vivía desde hacía muchos años. El dirigente deportivo era muy conocido por su vecindario. En el preciso instante que daba la vuelta a la llave de contacto del auto móvil, un comando supuestamente integrista, formado por cuatro hombres que viajaban en un coche, le interceptó el paso y disparó sus armas sobre su cabeza. Gravemente herido, Haraigue fue trasladado al hospital Mustafá, donde falleció a las pocas horas.
El asesinato de Haraigue ha causado gran dolor en Argelia y ha conmocionado a la opinión pública, que sigue siempre con atención y apasionamiento las peripecias y las competiciones de la Liga local. Pero además, se da la coincidencia de que este asesinato se producía pocas horas antes antes de que la selección argelina se enfrentara, en Dar Es Salam, con Tanzania.
Amenazas a deportistas
Pero el atentado no ha sorprendido, ya que el deporte, así como otros sectores de la sociedad civil y política de Argelia, se encuentran desde hace años amenazados por la violencia integrista. La mayoría de estas amenazas, vertidas por el Grupo Islámico Armado (GIA), han tenido como principal objetivo las mujeres y han puesto en peligro la práctica de algunos deportes, como, por ejemplo, el baloncesto, según aseguraba recientemente a EL PAÍS uno de los más conocidos entrenadores locales.
"No podemos jugar en según qué ciudades. Tenemos que escoger nuestros desplazamientos y varias de las muchachas de mi equipo han sido amenazadas de muerte. Algunas han dejado la cancha, pero otras continúan en el deporte", aseguraba ese joven deportista, entrenador de baloncesto, convertido desde hace varios años y a su manera en un resistente a la violencia integrista, que trata de impedir que las mujeres practiquen deporte.
El asesinato de Haraigue se produce en vísperas del mes sagrado del Ramadán, mientras permanece entreabierta una puerta a la esperanza y al diálogo, fruto de una cierta convergencia entre los partidos de la oposición reunidos recientemente en Roma y los proyectos democratizado res del presidente de la nación, el general Liamin Zerual.
El asesinato del presidente (le la federación de fútbol es una nueva maniobra de desestabilización, con la que se intenta frenar el proceso de diálogo, de la misma manera que lo son los falsos comunicados del GIA, emitidos hace unos días desde París, y ahora desmentidos en Argel, pero que en su momento crearon una nueva confusión, con la que se pretende aumentar el caos e impedir una solución política para acabar con la guerra civil larvada que vive el país.
La policía informó ayer de que veinte islamistas armados resultaron muertos entre el miércoles y ayer en diversas operaciones realizadas por las fuerzas de seguridad, según France Presse. Todo ello eleva a 146 la cifra de integristas fallecidos en combate desde el pasado día 1.
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