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El medio ambiente y la OMC

El ministro de Comercio- analiza la incidencia de la política medioambiental en las relaciones económicas internacionales y su inclusión en la Organización Mundial del Comercio

La consideración de la protección medioambiental como uno de los elementos a tener en cuenta en la organización de las relaciones comerciales internacionales está siendo objeto de análisis y discusión pública, sobre todo en los países más desarrollados, cuya población está más sensibilizada con respecto al cuidado del medio ambiente y las empresas sometidas a unas regulaciones más estrictas.Tras las políticas nacionales de protección del medio ambiente subyace el temor a que normas estrictas en su diseño y aplicación favorezcan la deslocalización de empresas hacia países más tolerantes.

Recientemente, el temor al fenómeno de la deslocalización se ha puesto de manifiesto con motivo de la firma del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. Con motivaciones muy diferentes, grupos ecologistas, sindicatos y grupos empresariales. se han opuesto al tratado con el argumento de insuficiencia de controles de México en materia medioambiental.

Ahora bien, la deslocalización es un proceso que siempre ha existido. España, en alguna medida, se benefició de la deslocalización de actividades industriales cuando la sensibilidad medioambiental ya afloraba con fuerza en algunos países del norte de Europa y aquí todavía no. La impresión existente es que por ahora es de importancia limitada y reducida a sectores específicos, siendo sus efectos macroeconómicos pequeños.

Existe, por otra parte, el convencimiento de que la importancia de los efectos potenciales de las políticas medioambientales desde el punto de vista del comercio, y la asignación de recursos a nivel internacional, es superior a la atención que hasta ahora habían merecido en el sistema multilateral de comercio.

Por otra parte, hay ya acuerdos internacionales en dicha materia que incluyen cláusulas de comercio. Siendo destacable que, aun cuando no ha habido conflicto entre esos acuerdos y el GATT, a pesar de la inconsistencia formal de algunas de estas medidas con él, sí ha habido tentaciones de utilizar las excepciones medioambientales previstas en el propio GATT para imponer nuevas restricciones al comercio internacional con el fin de proteger la economía nacional.

Este comportamiento pone, de manifiesto que para que el sistema multilateral de comercio sea un instrumento útil a la realidad económica de nuestro tiempo capaz de captar tanto la internacionalización de la producción como de incorporar el criterio de desarrollo sostenido, tiene que incorporar reglas específicamente referidas al medio ambiente, con las que se evite el uso de este elemento como arma de defensa comercial, tal como efectivamente se ha hecho incluyendo el medio ambiente en, la agenda de trabajo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y que debe partir de los siguientes principios:

1. La consideración del medio ambiente en la OMC no debe implicar ningún tipo de armonización, ya que los países parten de diferentes niveles de contaminación. medioambiental, pero, Sobre todo, de distintas necesidades de crecimiento. Es lógico que países con una elevada densidad industrial y un alto nivel de renta favorezcan regulaciones muy estrictas, como también que otros menos desarrollados consideren que todavía tienen márgenes para crecer industrialmente sin necesidad de asumir los costes de regulaciones medioambientales propias de países más ricos.

2. Hay que hacer compatible eso con la necesidad de evitar políticas exageradamente permisiva s en materia medioambiental que puedan favorecer los daños irreparables en el ecosistema, externalidades hacia los vecinos y a una competencia entre países que lleve a una igualación a la baja de las normas medioambientales.

3. En los casos en los que hubiera problemas específicos de un área, se deberían establecer acuerdos bilaterales o, en su caso, multilaterales de carácter regional que los resolvieran.

Mantener el equilibrio entre estos principios sería imprescindible para que el medio ambiente quedara encuadrado de una manera ordenada en el marco multilateral del comercio.

Un desafio para los países es qué criterio seguir en la introducción del medio ambiente en el GATT. Se ha barajado la posibilidad de tratar ¡as infracciones a criterios medioambientales como si estuviéramos en un caso especial de dumping, dumping medioambiental, o como si estuviéramos en un caso equivalente a una subvención encubierta que hubiera que tratar mediante la aplicación de derechos compensatorios.

El problema debería abordarse de forma más pragmática, considerando que ya existen acuerdos medioambientales, y que habrá más en el futuro, negociados en foros diferentes del que se ocupa de la OMC.

Por una parte, los acuerdos multilaterales de protección del medio ambiente existentes que contengan cláusulas comerciales deben acomodarse a la normativa del GATT.

Como contrapartida, el sistema multilateral de comercio puede ofrecer a los futuros acuerdos multilaterales de protección del medio ambiente una serie de criterios orientativos: no discriminación; que afecten de la manera menos restrictiva posible al comercio; que las medidas sean adecuadas para el objetivo perseguido; que éstas ,sean transparentes, y que haya evidencia científica y se demuestre la necesidad de la restricción, etcétera, que permitirían su utilización como directrices que suavizaran la interacción.

A medio plazo, podría ser interesante que cristalice el trabajo del Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC en un código específico del sistema multilateral de comercio.

Por último, respecto a la participación activa y positiva de los países en desarrollo en estas tareas, se debe tratar de encontrar fórmulas para incentivar una gestión medioambiental limpia; por ejemplo, condicionando los acuerdos de financiación que con ellos se firman al uso adecuado de los recursos naturales. Se trata, en suma, de introducir medidas incentivadoras a- una política económica ecológicamente sostenible.

Javier Gómez Navarro es ministro de Comercio y Turismo.

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