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Garzón y Bueren embargan todos los bienes de Oubiña y su esposa para impedir su venta

Jorge A. Rodríguez

Más de 90 policías y dos inspectores de Hacienda ejecutaron ayer en Galicia el embargo de todos los bienes de Laureano Oubiña y su esposa, Esther Lago. La intervención fue ordenada: por los jueces Baltasar Garzón y Carlos Bueren, tras haberse descubierto la venta por parte de Lago de un paquete de acciones del pazo Balón, la emblemática propiedad de ambos condenados en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra). Esta venta podría haber impedido que el matrimonio hiciera frente, a la multa de casi 2.600 millones que le fue impuesta a la pareja en la sentencia del casa Nécora, actualmente recurrida.

La operación empezó puntual mente a las diez de la mañana en cuatro puntos diferentes. Los agentes entraron y registraron el pazo Baión, el despacho y el domicilo del asesor de los Oubiña en Galicia y el domicilio del matrimonio en la parroquia de A Laxe, en Vilagarcía, según fuentes policiales. Los agentes se incautaron de abundante documentación que se está analizando.El propio Oubiña, en libertad condicional desde el 7 de diciembre, recibió en el pazo Baión a las decenas de policías, provenientes en su mayoría de la unidad de intervencion especial de La Coruña, que irrumpieron a primera hora de la mañana en la mansión, informa Óscar García.

Según relató un vecino que fue testigo de la escena, Oubiña conversó tranquilamente con los agentes e incluso les mostró el camino a través de la finca. Sobre la una de la tarde, el conde nado en el juicio del caso Nécora abandonó él lugar a toda velocidad, en un vehículo todoterreno que conducía él mismo.

El detonante de la intervención ha sido la reciente venta por parte de Esther Lago del 4% de las acciones de Comercial Oula, empresa propietaria del pazo Baión, a uno de sus cuñados, según fuentes policiales. Éste pos teriormente la habría revendido a una empresa radicada en Panamá, con propietarios reales desconocidos pero cuyo apoderado en España es Oubiña, según los mismos medios. El juez Bueren considera que esta supuesta venta podría constituir un delito de alzamiento de bienes. Los investigadores de la Brigada de Delincuencia Económica y Financiera tienen recibos al portador requisados a Lago que acreditan estas operaciones.

El valor de los bienes embargados -el pazo, las 28 hectáreas de viñedos que lo rodean, coches, cuentas corrientes y empresas- supera los 3.200 millones.

Los titulares de los juzgados centrales de Instrucción uno y cinco de la Adiencia Nacional, Carlos Bueren y Baltasar. Garzón, respectivamente, han ordenado el embargo de los bienes por dos motivos diferentes pero conexos. El primero ha decretado la intervención judicial de los bienes como medida cautelar, ya que está investigando un supuesto delito de blanqueo de dinero del narcotráfico distinto al del caso Nécora. Garzón ha impuesto el embargo para garantizar el pago de la multa o la responsabilidad civil de 1.280 millones de pesetas para Oubiña y otros tantos para Lago.

Garzón dicta el embargo ya que él instruyó la causa de la Operación Nécora y a él le corresponde, por tanto, ejecutar la sentencia, que, no obstante, se encuentra recurrida, por lo que ni la condena ni la multa son firmes.

Bueren, además, ha designado a un inspector de Hacienda como administrador judicial de los bienes y sociedades de los Oubiña: Fashion Earrings (panameña), Alvariño-Baión, Comercial Oula y otras. Estas empresas van a ser auditadas. La empresa Comercial Oula es propiedad de Esther Lago, su hermana y su cuñado, y de la empresa, panameña Fashion Earrings. Esta firma, cuyo titular registrado en Panamá es la firma de abogados Bufete Sucre García y Asociados, tiene como apoderado en España al matrimonio Oubiña.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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