Segundo retorno 'oficial'
El Gobierno supo por el director de la prisión de Alcalá Meco, Jesús Calvo, que el ex presidente de Banesto, Mario Conde, estaba locuaz. Según fuentes informadas, Calvo hizo saber a sus superiores que Conde empleó cierto tono preocupante en una conversación que ambos mantuvieron, al enfatizar que él sabía muchas cosas sobre personajes importantes. Se supone que si Conde eligió una vía oficial para sus comentarios -el director de la prisión- fue porque tenía el objetivo de hacer llegar algún tipo de mensaje al Gobierno. Unos, como Javier de la Rosa, han enviado burdos telegramas; otros, como Conde, aprovechan sutilmente ese aire de complicidad que un director de prisión está acostumbrado a ofrecer, sobre todo cuando está frente a un personaje como el ex presidente de Banesto.Pero el mensaje al Gobierno y la posterior aparición pública de Conde, a través de los comentarios realizados ante al director de la prisión, retrotraen a su aparición, después de ' un silencio de varios meses, con ocasión de la difusión' de informaciones sobre el célebre Informe Crillon, presuntamente contratado por el Gobierno, en 1992, al investigador privado norteamericano Jules Kroll, para conocer las actividades de Mario Conde. Cuando se difundieron detalles sobre dicho informe, que Conde ya conocía (al preguntarle en 1993 su entonces asesor José Antonio Segurado por dicho informe, el entonces presidente de Banesto le contestó: "Nada, nada. Dicen que soy misógino, que no me gustan las mujeres, ni el güisqui"), el ex presidente de Banesto escribió un comunicado en el que denunciaba la intromisión del Estado en su vida privada y se reservaba posibles acciones legales contra las personas que habían encargado el trabajo.
El primer retorno oficial de Mario Conde se vertebró en torno al lanzamiento de El Sistema, en septiembre de 1994. Por esas fechas, el economista y catedrático Ramón Tamames inició la coordinación de un trabajo, solicitado por Conde, sobre la intervención de Banesto. El cliente deseaba que diversas personalidades expresaran a través de dictámenes si había un agujero de 503.000 millones el 28 de diciembre de 1993, si dicho desfase podría ser creciente, cómo se llegó a dicha cifra, qué métodos utilizó el Banco de España, entre otros puntos. Tamames encargó a Gerardo Ortega, presidente del Colegio de Economistas, un trabajo sobre la normativa contable en banca, y un estudio comparado con la legislación en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Japón. Otro de los documentos fue aportado por el defensor de Conde en los recursos contra el Banco de España y el Ministerio de Economía, Fernando Sánchez Calero. Y un tercer trabajo fue encomendado al sociólogo Amando de Miguel: se trataba de una encuesta sobre la intervención de Banesto y la imagen de Mario Conde en la sociedad civil. La querella contra los ex administradores de Banesto, la apertura del sumario y la posterior decisión del juez García-Castellón de enviar a Conde a prisión aplazaron la publicación del documento.
Tamames y Ortega, por otra parte, también entregaron el 28 de noviembre pasado, a petición de Rafael Pérez Escolar, un trabajo que éste aportó en su declaración ante el juez: Dictamen sobre la valoración contable de las acciones de Oil Dor SA en la Corporación Financiera e Industrial. El informe cuestiona que el patrimonio neto de 36 millones de Oil Dor sea razón suficiente para considerar que su venta a la Corporación del 50% de la compañía, en 1992, por 6.005 millones fuera desproporcionada.
Ayer, Pérez Escolar quedó en libertad. Ni en los asuntos de Oil Dor ni en La Esquina del Bernabéu, el juez había inculpado a Arturo Romaní y a Mario Conde, aún cuando en ambos casos había responsabilidades ejecutivas. Y en Carburos Metálicos, tina de las razones que enviaron a prisión a Romaní, Pérez Escolar pudo demostrar su papel de "acompañante". El asunto exclusivo de Escolar las minutas cobradas en la fusión Ceisa-Urbis-Mas-Macarena- llevaron su investigación, pero tanto. el juez como el fiscal no consideraron suficientes los indicios para adoptar una medida. "Por fuera estoy muy bien, pero por dentro he quedado hecho unos zorros", confesó anoche.
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