El ministro del Interior británico, en la picota por los fallos de seguridad en las cárceles
Centenares de policías británicos buscan en la isla de Wright a tres delincuentes peligrosos escapados el martes de la prisión de máxima seguridad de Parkhurst. Los tres fugitivos todos ellos condenados a cadena perpetua, utilizaron para su fuga una copia de la llave maestra de la cárcel que, al parecer, fue localizada ayer en los alrededores de la prisión insular. Este último y grave fallo, de seguridad en el sistema penitenciario británico -apenas descubierto en su celda el cadáver del detenido mejor vigilado del Reino Unido, Frederick West, sospechoso de los crímenes de la casa, de los horrores, y extinguidas las llamas del motín que mantuvo en alerta durante dos días a la prisión de Everthorpe- ha colocado al ministro del Interior, Michael Howard, y a su responsable de Prisiones, Derek Lewis, en una delicada posición.
Los tres convictos son Keith Rosel, de 45 años; y Andrew Rodger, de 44, ambos condenados por asesinato a cadena perpetua; y el joven estudiante de 25 años, Matthew Williams, experto en explosivos y envenenamientos masivos por lo que recibió la misma condena en 1989.Juntos prepararon meticulosamente una fuga para la que utilizaron además de la llave, maestra de la prisión una escalera de metal construida gracias a los conocimientos adquiridos en las clases de trabajo con metales recibidas durante su estancia en Parkhurst.
Los tres fugitivos fueron vistos por última vez alrededor de las seis de la tarde del martes cuando seguían con sumo interés las clases de mantenimiento en el gimnasio del centro penitenciario.
Cuando los guardias se. dieron cuenta de su ausencia, habían pasado más de dos horas de la fuga. Un tiempo precioso para quienes habían planeado hasta el último movimiento de una escapada que merece el calificativo de perfecta. En dos horas largas, los tres reclusos tuvieron tiempo suficiente de embarcar en cualquiera de los transbordadores que conectan la isla de Wright con el resto del Reino Unido y, posteriormente, abandonar el país.
Fallos
La prisión de Parkhurst, un edificio victoriano que alberga a algunos de los presos más peligrosos del Reino Unido, había sido denunciada en octubre pasado por fallos de seguridad en una carta enviada por el inspector jefe de prisiones británico, el juez Stephen Tumim, al ministro del Interior y al director general de Prisiones, respectivamente.
La visión de Tumim del sistema carcelario británico era bastante negativa y apuntaba numerosos fallos de seguridad en varias prisiones más. del país, que cuenta con una población reclusa de poco más de 49.000 personas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.