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Matan de un tiro a un joven en La Celsa

El año nuevo no pudo comenzar peor en el poblado chabolista de la Celsa, en Vallecas. En uno de los chamizos, dos familias gitanas festejaban las primeras horas de 1995. Emilio, vecino de Ricardo, salió a la calle y disparó tres veces con su revólver para celebrar, a su manera, la Nochevieja. Luego, siempre según el testimonio de los familiares de la víctima, volvió a entrar en la chabola y apuntó con su pistola sobre el corazón de Ricardo Fernández Montoya, de 17 años.Según explicaron ayer varios testigos, Emilio apretó el gatillo creyendo que no quedaban más balas en la pistola. Sin embargo, salió un proyectil que atravesó el cuerpo de Ricardo, un vendedor ambulante de fruta casado y con un niña de dos años. Su mujer está embarazada de seis meses. Ricardo fue trasladado al hospital 12 de Octubre. Según la Policía, ingresó cadáver en el centro sanitario. Durante la madrugada. de ayer, la familia de Emilio, con sus cuatro hermanos y su padre, abandonaba el poblado de la Celsa.

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El cuerpo sin vida de Ricardo Fernández llegó ayer por la tarde al poblado de los Focos, en la avenida de Guadalajara (San Blas). En la casa de su Eugenio Montoya, tío de la víctima, amigos y familiares velaban el cadáver.

Según los parientes, Emilio mató a sangre fría a Ricardo Fernández, aunque no se explican las razones: "No sabemos por qué le mató. Sólo sabemos que ahora Ricardo está muerto". Para Eugenio Montoya, tío de la víctima, lo único que importa ahora es saldar cuentas. "Tarde o temprano tendremos que vengarlo. Pasarán tres o cuatro años pero esto no va a quedar así. Está claro". Los familiares de la víctima estaban ayer muy disgustados con la actuación de los agentes. Según Eugenio Montoya, los, funcionarios estuvieron en el poblado cuando todavía permanecía allí el asesino. "Una hermana de Ricardo le dijo a la policía que detuvieran a Emilio, pero le dejaron escapar".

En cambio, la Policía Nacional ha explicado que tomó declaración a los familiares que llevaron el cuerpo del joven al centro sanitario. Según los parientes del fallecido, el presunto asesino y la víctima se llevaban bien. "Vivían en dos chabolas próximas y no sabemos si entre ellos había algún problema", indicaron los parientes.

Para Eugenio Montoya aunque la ley gitana y los patriarcas dicten alguna sentencia, lo importante es "que lo ocurrido tenga la venganza cuanto antes".

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