Inestabilidad en los mercados financieros
La jornada de ayer fue especialmente negativa para todos los mercados denominados en pesetas, salvo el de divisas, registrándose caídas importantes en los precios de de los activos negociados en cada uno de ellos. Lo observado ayer no constituye por sí mismo una debacle de los mercados españoles, puesto que en los últimos meses han tenido lugar ocasionalmente caídas de precios de similar magnitud, pero sí llama la atención al suponer un comportamiento de nuestros mercados frente al resto de los europeos que, pese a no subir, no han registrado desplomes. Quizá el indicador más significativo de la confianza puesta por los inversores internacionales en nuestro país, junto al cambio de la peseta, sea el diferencial de rentabilidad pública a largo plazo con Alemania. Ampliaciones puntuales y bruscas de dicho diferencial indican un deterioro de la confianza de los activos en pesetas que es precisamente lo que ha ocurrido en los últimos días. Ayer se le exigía a la deuda del Estado española una prima (diferencial) de rentabilidad de hada menos que 4,27 puntos porcentuales frente a Alemania, lo que no ocurría desde hacía ya muchos meses (mayo de 1993).En general, todas estas alteraciones en los mercados financieros denotan un deterioro de la confianza de los inversores internacionales en nuestro país, al menos en lo que a la inversión en cartera se refiere. Tanto las caídas de la bolsa como las del mercado de renta fija responden a desinversiones (salidas) de carteras de inversión de no residentes en nuestro país, ante un agravamiento del clima político. En cualquier caso, lo acontecido ayer debe ser contemplado desde el prisma de un escasísimo volumen de negociación en todos los mercados, especialmente en deuda y divisas, con motivo de la semana semi-festiva que se respira en muchos mercados. Esto matiza fuertemente las caídas en precio registradas, al bastar órdenes de venta de tamaño moderado para mover fuertemente los precios en un sentido o en otro. Sin embargo, el matiz de la falta de volumen negociado no es siempre positivo puesto que introduce una incertidumbre mayor respecto a lo que harán los inversores europeos y americanos. Ante lo acontecido y las perspectivas para la semana actual (falta de actividad y de tomas de posición firmes ante el cierre del año) poco cabe esperar de positivo para los mercados de deuda en general y para el español en particular. La vulnerabilidad de los mercados españoles sigue siendo elevada y las posibilidades de mejora a corto plazo reducidas.
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