"Sé que ETA volverá a intentar matarme"
JUAN G. IBÁÑEZ Lo que hizo el domingo pasado le retrata bien: fue a misa a una iglesia del pueblo donde vivía quien más minuciosamente informó a ETA sobre dónde y cuándo podía matarle. Después, Atutxa, de 53 años, se fue a tomar el aperitivo, como cualquier hijo de vecino.
Ésta es su primera entrevista con un periódico desde que hizo público los seis fallidos intentos de ETA de asesinarle. Y Atutxa exige que se lleve la investigación sobre el GAL hasta el final.
Pregunta. ¿Se siente como si le, hubiera pasado un tren por encima, aunque no le haya atropellado?
Repuesta. No, no. Lo que me siento es consciente de que en la vida merece la pena luchar, en todos los frentes.
P. ¿Vive como si hubiera vuelto a nacer?
R. Lo que me siento es desbordante de agradecimiento. Estoy agradecido a quienes me han custodiado, y estoy agradecido a la suerte.
P. Cuando se queda solo, piensa ¿lo harán? ¿Volverán a intentarlo?
R. Sí, sí. Estoy convencido de que volverán a intentarlo. Su línea de actuación no ha variado un ápice, Si en su mente hubiera un mínimo de sensatez para ver que eso no conduce a ninguna parte, me entraría la duda. Pero, bueno, después de las muestras de solidaridad que estoy recibiendo a cientos...
P. Por ejemplo, ¿de quién es?
R. Desde creyentes a no creyentes, desde conventos de hermanas de la Caridad y de Clarisas en clausura hasta...
P. ¿Hasta personas de HB?
R. Efectivamente, hasta un alcalde de Herri Batasuna.
P. El PNV ex presó su confianza en que el intento de asesinarle a usted hiciera recapacitar a algunos de HB. ¿Le consta si alguien ha recapacitado?
R. Militantes de HB, sí.
P. ¿Y dirigentes?
R. Creo que no tienen el valor suficiente para recapacitar, o por lo menos para exteriorizar su recapacitación. Carecen de valor para dar el paso de desmarcarse de la violencia. Ese es un mundo donde se entra muy fácil, pero de donde es muy difícil salir, porque no te lo permiten. El que informo minuciosamente de mis movimientos quiso dejarlo, y el comando liberado le dijo: "No, no puedes, tienes que seguir".
P. ¿Por qué hizo público los intentos de atentado? ¿Quizá por haber aprendido de Yoyes, que creyó que su silencio era un seguro de vida, y murió sin valerle de nada ese silencio?
R. Yo me enteré el día 19 de noviembre de los seis intentos de atentado contra mí.
P. ¿Todos fueron intentos de atentado o algunos fueron una exploración?
R. Todos fueron intentos reales, y frustrados. Volviendo a lo que me preguntaba: en cuanto se hubiera levantado el secreto del atestado, habrían salido a la luz pública,. Aparte de eso, ¿es bueno o malo difundirlo? Yo creo que es bueno que la sociedad sepa las intenciones de esta gente.
P. ¿Tuvo que superar cierto pudor para autorizar que se escenificara y filmara su propia muerte, por decirlo así?
R. En este tipo de cargos, uno tiene que acertar ser utilizado, al servicio de la sociedad. Si esa utilización abre algo el corazón de las gentes, bendito sea. No pasa nada.
P. En el verano de 1993 dijo que quería recuperar para la vida pacífica a quienes entonces le amenazaban en carteles que le mostraban en el centro de una mira telescópica. ¿Hoy piensa lo mismo de quienes han intentado matarle?
R. Sigo pensando lo mismo, y totalmente convencido. Es más, si entendiese que con entrevistarme con ellos, con dedicar unas horas de mi ocio o de mi vida familiar, fuera capaz de reconducir el proyecto de esas personas, estaría dispuesto a hacerlo, y a volcarme en ello.
P. En 1981, usted supo, adónde ir para protestar porque le habían mandado la carta con el chantaje económico. Ahora sabrá mucho mejor adónde ir para pedir explicaciones por el intento de matarle.
R. Entonces supe adonde ir porque había una cabeza visible, que además imponía disciplina: Txornin Iturbe. Hoy es más complicado... Pero ¡de acuerdo! Sabría adónde ir. Pero la persona que yo, encontraría enfrente no tendría el valor de decir que sí, que ellos marcan la estrategia de ETA. Sí se dónde están...
P. ¿Dónde están?
R. Aquí, a este lado de la frontera. Pero si se ocultan, si no dan la cara, no me sirve de nada acudir a esas personas.
P. ¿Alardean de valientes en público y son cobardes cara a cara?
R. Por supuesto que lo son. Quienes se amparan en una sigla carente de personalidad jurídica y eluden cualquier responsabilidad son unos cobardes. Y éstos lo son. Desde el anonimato abocan a cientos de jóvenes a un callejón sin salida.
P. Entonces, cuando quiere, usted mandar un mensaje, ¿adónde lo dirige?
R. A ninguna parte. Para los mensajes de si convendría esto o lo otro está el Pacto de Ajuria Enea. Hombre, sí acabo de enviar algo, y es la primera vez que lo cuento: he enviado a Antxon Etxebeste a Santo Domingo una copia de mi comparecencia en el Parlamento. Para que conozca la reconstrucción de los hechos, y para que Antxon, por si no lo sabe, sepa que hay un partido [HB] que no comparece, que no se le ve, y que todos los demás partidos aplauden y alientan a que se siga por la línea democrática en la persecución de la violencia.
P. ¿Antxon sigue teniendo. relevancia política?
R. Tiene la relevancia política que le da que todo su entorno le cita permanentemente como interlocutor válido.
P. Usted ha querido desmontar como el escudo presuntamente nacionalista de HB. Pero ¿Con qué lógica política se combate a los que, como usted ha dicho alguna vez, no razonan políticamente?
R. Uno tiene que actuar en muchos frentes. Aquello de que ellos actuaban en favor de un nacionalismo, en nombre de una mal llamada izquierda abertzale, se ha desmoronado. Y como yo soy un nacionalista que no está contra ellos, sino que va a por ellos cuando atentan contra la sociedad, entonces se desmorona lo de que vieneel "españolazo", "el del tricornio", "el ministro del Interior".
P. Por cierto, esas comparaciones, que pretenden ser insultantes, ¿le resultan insultantes?
R. A mí no me insulta eso, para nada. Yo soy un nacionalista vasco, con un gran honor de pertenecer a mi Gobierno, que es éste. No me escuece en absoluto hablar con representantes del Ministerio del Interior, porque es irresponsable no hablar con quien uno tiene que perseguir los mismos fines. Nosotros ¿qué tenemos que hacer? Mover la sociedad, la sociedad en general, y la sociedad particular en que se mueve HB. A esa sociedad yo le digo: no renuncien a su ideología, sean coherentes, pero retiren la confianza a quienes pretenden llevarnos a la ruina, a quienes pegan el tiro en la nuca hasta que dejen esos métodos, por lo ' menos. Nosotros no estamos vendidos a nadie. Éstos no son abertzales...
P. A los dirigentes del PNV se les ve indignados de que muchos jóvenes violentos actúen como simples gamberros.
R. Son verdaderos profesionales de la algarada callejera. Pretenden. mantener viva la alarma social, la alarma que crean las pequeñas bombas en cabinas telefónicas, en cajeros automáticos...
P. ¿ETA se ha convertido en el ejército de Pancho Villa?
R. En este momento sí. Y cada vez más. La razón de que se haya transformado en un ejército de Pancho Villa tiene que ver con lo que le ocurría a Urrusolo, que le salió respondón a Pakito [Francisco Mugika Garmendia], máximo jefe de ETA en su momento. Pakito le decía: "Ven a discutir de esto", y Urrusolo le respondía: "No, que me vas a poner la pistola encima de la mesa, y entonces ya no puedo discutir". Han caído Pakito y todos los equipos de reposición. Ahora quienes marcan la estrategia de ETA carecen de la más mínima autoridad y capacidad de imponer disciplina. Cada uno anda a su aire. En Vizcaya se estaba gestando una nueva organización ETA. Hombre, no sin el beneplácito de la cúpula. Pero aquí estaban creando una cabeza con seis comandos, que querían poner a funcionar en tres o seis meses. Una nueva ramificación. De alguna manera,, está el control perdido totalmente.
P. Usted mostró que personas relevantes de HB intervenían en el cobro del chantaje económico. ¿Puede mostrar que personas relevantes de HB dan órdenes de matar?
R. El montaje del entramado es muy complejo. Hay quien da la instrucción de que se realice el atentado, pero hay otros que son los que alientan el que haya continuidad. Estas últimas personas sí las podríamos apuntar no sólo con el dedo, sino con alguna que otra prueba.
P. ¿Tiene pruebas?
R. Pruebas testificales. Pruebas que nos vienen de ese propio entorno sobre estrategias marcadas por ciertas personas.
P. ¿Por qué personas?
R. No puedo citarlas. Las pruebas testificales debemos aportarlas a la justicia.
P. ¿Las pueden presentar pronto?
R. Hace falta que la gente pierda definitivamente el miedo. Y hay que escoger el momento óptimo para dar por terminada la investigación y presentarla madura ante la justicia.
P. ¿No resulta incomprensible que haya falta de coordinación entre ustedes y el Ministerio del Interior cuando está en juego la lucha contra el terrorismo?
R. Debemos poner orden, porque han empezado a chirriar los engranajes. Pero el trasvase de información entre los mandos operativos tiene que ser recíproco, bidireccional. Por lo que a mí respecta, he dado instrucciones para que se cumplan a rajatabla. Hemos fijado con Justicia e Interior como fecha tope la próxima Semana Santa para que estén en marcha todos los mecanismos de intercambio de datos.
P. ¿Cómo ve usted que empiecen ahora a ir a la cárcel políticas y políticos inculpados del terrorismo del GAL?
R. El GAL es terrorismo. Me alegro de que se avance en su esclarecimiento, y creo que se debe llevar la investigación hasta el final. La falta de ética, el crimen, la injusticia no se pueden combatir con crimen e injusticia. Sólo lo que es éticamente correcto, legalmente eficaz y profesionalmente bien hecho resulta política y socialmente eficaz. El GAL además de ser una actuación imprensentable constituyó una torpeza
P. A usted le preocupaba que los abogados de los presos les manipularan con visiones distorsionadas de la realidad...
R. Por eso les remití recientemente a los presos una encuesta sobre qué piensa la sociedad sobre ETA. Sólo el 1% dijo que ETA representa a la mayoría de este pueblo. Se lo envié a 536 presos. Lo devolvieron sólo 31.
P. ¿Cuántos presos podrían ser trasladados a cárceles próximas al País Vasco?
R. Yo estoy en favor de la dispersión. Porque a la gente hay que tratarla como personas, con la mejor voluntad, no para manipularla, Y a la vez creo conveniente acercar a los presos de ÉTA a cárceles próximas al País Vasco, para que sus familias no paguen consecuencias de algo de lo que no son culpables.
P. ¿Cuántos presos de ETA podrían pasar al tercer grado?
R. Por los datos que tenemos provenientes de Instituciones Penitenciarias, más del 50%, y quizá más del 60%, está dispuesto ya a abandonar la lucha armada. Eso seguro. Seguro.
P. ¿Y qué hace falta para que ese estado de ánimo se convierta en una voluntad concreta?
R. Una política decidida y convencida de que la reinserción es un derecho. Y si existe ese derecho existe una obligación para quienes estamos en responsabilidades políticas. Una vez que se diese esa política decidida, que no se da, hace falta que tengan valor los presos. Ellos tienen que demostrar primero que han reconducido su proyecto. Luego puede venir o no el tercer grado.
¿Cuántos podrían pasar ahora? Todos aquellos de quienes Instituciones Penitenciarias dijera que por su trayectoria en la cárcel se ve que han reconducido totalmente su proyecto, y que habiendo cumplido un mínimo exigible de condena merecen esa prueba. El tercer grado no es un premio, es un aliciente, es una prueba que puede ser superada o no. Es un estímulo a reintegrarse en la vida normal. La reinserción es recuperar para la sociedad democrática a unas personas que han sido condenadas, pero que no por ello se las puede tirar a una escombrera.
P. Hay dirigentes del PNV que se quejan de cierta tibieza en los jueces. ¿Les falta coraje? ¿Falta celeridad?
R. Yo lo que les pido es mayor prontitud en los juicios. Es trascendental. Si hoy detenemos a un joven por quemar una cabina telefónica. y el juicio tarda en llegar varios años, en ese tiempo la quema de la cabina se va a quedar en lo menos grave que ha hecho. Si los juicios se realizan pronto, se puede cortar a tiempo una carrera que acaba convirtiendo a muchos jóvenes en profesionales de la violencia.
P. Algunos piensan que hoy hay menos jóvenes dispuestos a pasar del cóctel mólotov al disparo de pistola. ¿Es así?
R. Todo lo contrario. Hay mucho chaval dispuesto a coger un arma. Y ¡los chascos que se lleva la Ertzaintza cuando habla con ellos! Cuando interrogan a los detenidos y les preguntan qué proyecto tienen, se encuentran cabezas huecas, se encuentran con que esos chavales no tenían ni idea de la gravedad de la condena que les espera, y no tienen ni idea de por qué se han metido en esa salsa.
P. ¿Y por qué se han metido en esa salsa?
R. En su gran mayoría es gente bastante marginal, en cuyos hogares se ve una despreocupación. total por sus andanzas. Muestran una necesidad que esta sociedad no puede perder tampoco de vista: el dar alternativas a esa juventud.
P. ¿Cuántas veces se ha arrepentido de haber dicho en la campaña electoral: "Han venido una serie de carteristas de Madrid"?
R. Me he arrepentido por no haberme explicado mejor, porque lo dije en un sentido totalmente metafórico.
P. Un poco peculiar para ser una metáfora.
R. Dije que esta sociedad, a lo largo de muchísimos años, ha sido atracada de muchas maneras. ¿No es un atraco que no se haya permitido la enseñanza en euskera? Ha sido atracada con los desmantelamientos industriales desmesurados. Y ha sido atracada por estos elementos que han hecho que a los vascos se nos vea distorsionados desde fuera.
P. Pero ese atraco lo han cometido los de su propia casa.
R. Efectivamente. Pero a lo que usted iba: yo rectifiqué la expresión que ha citado. Y lo hice porque mi forma de ser no es ésa. No va con el insulto.
P. El espacio que han dejado los amigos que le han abandonado ¿ha sido ocupado por el afecto de quienes le admiran anónimamente?
R. Sí. Ha sido superado con creces. No obstante, a uno no le entristece haber perdido a ese que consideró un amigo, sino el no ser capaz de recuperar a esa persona como ciudadano que respeta la voluntad democrática de esta sociedad.
P. ¿Percibe que es un héroe político como Induráin es un héroe deportivo?
R. ¡No! En absoluto. ¡En absoluto!
P. ¿Aplaca los disgustos con una buena comida?
R. No. Me aplaca el sentirme arropado y ver a mi familia muy firme.
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