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RESURGE EL 'CASO GAL'

Garzón acusa a 3 jefes policiales de crear los GAL

La imputación de tentativa de asesinato obedece a que pensaron sepultar en cal viva a Segundo Marey

Julián Sancristóbal, gobernador civil de Vizcaya; Francisco Álvarez, ex jefe superior de policía de Bilbao, y Miguel Planchuelo, jefe de la Brigada de Información, en 1983, están acusados por el juez Baltasar Garzón de ser los fundadores de los GAL y de haber organizado el secuestro de Segundo Marey, al que confundieron con el etarra Múgica Arregui, según informaron fuentes de la investigación. Los comisarios Julio Hierro y Francisco Saiz Oceja están acusados de ejecutar el secuestro de Marey. Ayer de madrugada, Garzón envió a la prisión de Alcalá-Meco a Sancristóbal y a Planchuelo a la cárcel de Guadalajara. Por la tarde, Álvarez fue también enviado a la cárcel madrileña de Valdemoro. Hierro y Saiz quedaron libres tras depositar 10 millones de fianza.

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Álvarez se niega a carearse con Amedo

El nuevo impulso que han recibido las investigaciones sumariales -el caso estuvo a punto de prescribir a los 10 años- es consecuencia de las declaraciones que los ex policías Michel Domínguez y José Amedo realizaron el pasado viernes, día 16. Ambos acusaron a sus jefes de organizar y financiar con fondos reservados el secuestro de Marey. La declaración de Amedo, según fuentes que conocen el caso, se ciñó a la primera acción de los GAL, pero Domínguez se extendió en otras acciones de la banda terrorista.Las acusaciones de los policías a sus superiores se concretaron en que Sancristóbal, Álvarez y Planchuelo directamente o por indicaciones superiores formaron un grupo al que llamaron GAL, que aprovechaba las estructuras del Ministerio del Interior para contrarrestar el terrorismo de ETA.

Su actuación se inició en diciembre de 1983 y en su primera acción pretendieron secuestrar al dirigente de ETA Múgica Arregui. Los autores materiales -los mercenarios franceses, ya condenados en Francia, Mohand Talbi, Jean Pierre Echalier, Guy Metge y el ya fallecido Pedro Sánchez- se equivocaron de hombre y secuestraron a Marey, ciudadano español residente en Francia sin ninguna relación con ETA. Los secuestradores estudiaron presuntamente la posibilidad de enterrar a Marey en cal viva, si bien finalmente desistieron e intentaron canjear al secuestrado por los policías detenidos en Francia por el intento de secuestro del etarra José María Larretxea.

La operación fue financiada, según datos aportados al sumario, con fondos reservados de Interior que supuestamente se encargó de gestionar Julián Sancristóbal y la operación costó al menos un millón de francos franceses.

A los GAL pertenecían entre otros, según los ex policías Amedo y Domínguez, Julio Hierro y Francisco Saiz. Según los datos del juez, Amedo habría recibido la orden de trasladar a Marey desde la frontera de Dancharinea (Navarra) a Santander, donde permaneció secuestrado hasta que, llevado de nuevo a la frontera, fue liberado el 14 de diciembre.

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Amedo y Domínguez no están acusados, por lo que, si Garzón decidiera procesarles, ambos perderían los beneficios del tercer grado penitenciario que disfrutan actualmente. Hierro, según las acusaciones contra él, era el enlace entre la cúpula -Sancristóbal, Álvarez y Planchuelo- y el resto del grupo. Siguiendo instrucciones de Alvarez y Planchuelo, Hierro habría escrito el comunicado en el que se informaba de la liberación de Marey que fue traducido al francés por Domínguez. Saiz está acusado de custodiar a Marey, así como de llevarlo a la frontera para su liberación, en la que también participaron Hierro y Domínguez.

Las declaraciones de los acusados y los careos de cada uno de ellos con Amedo y sobre todo con Michel Domínguez, han arrojado muchas luces sobre las sombras que siempre habían existido en el caso. Ya se ha concretado cómo operaba el grupo. Tenía una oficina en la que había un contestador automático. Allí se dejaban los mensajes para las citas, que se celebraban en otros lugares. En ocasiones los encuentros tenían lugar en oficinas también contratadas.

También se van concretando identidades. Un documento de identidad falsificado con el nombre supuesto de Félix Tellechea, que se pensaba pertenecía a Amedo o a Álvarez, era utilizado presuntamente por Francisco Saiz.

Igualmente se ha confirmado la existencia, de una reunión a la que aludió Mohand Talbi en su declaración. El encuentro tuvo lugar en un hotel de Bilbao el 16 de diciembre y en el mismo estuvieron presentes, según los ex policías, además de Talbi, el propio Amedo, Álvarez y Planchuelo, así como un gobernador militar ya fallecido. En esa reunión, según dijo en su día Talbi, Amedo les entregó 10.000 francos a cada uno y una bomba para colocarla en un bar que no precisó.

Todos los inculpados han negado su participación en la organización o puesta en funcionamiento de los GAL, si bien Domínguez -y también Amedo aunque en menor medida- refutan con datos todas las negativas de sus ex compañeros. Los dos expolicías se han careado con todos los detenidos, salvo con Sancristóbal, que sólo se careó con Amedo, y Alvarez, que sólo lo hizo con Domínguez. "Domínguez los ha machacado", dijeron fuentes próximas a la investigación.

Sólo uno de los acusados, presumiblemente Saiz, ha admitido una participación accesoria en el secuestro de Marey, pero ha alegado que creyó que se trataba de una operación policial y que obedecía órdenes de sus superiores.

Implicados

En las declaraciones se ha mencionado a dos políticos y otros dos empresarios como conocedores de la operación y supuestos financiadores, si bien, en fuentes de la investigación se señalaba que en la causa no hay un sólo indicio que permita ni siquiera sospechar, al menos de momento, su implicación.

El juez Garzón ha considerado que los hechos pudieran constituir los delitos de malversación de caudales -por financiar el secuestro con fondos reservados-, detención ilegal -secuestro de Marey- y tentativa de asesinato -planearon matarlo enterrándolo en cal viva-.

Tras decretar la prisión de Sancristóbal a primeras horas de la noche del lunes y enviarle a la cárcel de Alcalá-Meco (Madrid), Garzón ordenó a lo largo de la madrugada la libertad bajo fianza de 10 millones de Hierro y Saiz Oceja y la prisión incondicional de Planchuelo. A última hora de la tarde de ayer también fue encarcelado Álvarez.

El comisario Planchuelo fue enviado a la cárcel de Guadalajara, la misma en la que Amedo y Domínguez estuvieron presos durante seis años. Fuentes ministeriales dijeron que Interior no ha pagado las fianzas ni ha designado abogados a los detenidos.

Amedo y Domínguez, que abandonaron la Audiencia tras pasar toda la noche de careo en careo con sus ex jefes, disponen de protección policial ordenada por Garzón desde que prestaron declaración el pasado viernes.

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