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Solana apretará a Hurd sobre el narcotráfico en Gibraltar, pero no insistirá en la soberanía

Xavier Vidal-Folch

Las conversaciones sobre Gibraltar se han reactivado tras 20 meses de parálisis. Pero aún no es el momento de reabrir formalmente la discusión sobre la soberanía, sino de apretar en la exigencia de controles sobre el tráfico lícito a través del Peñón. Ésta es la tesis con que el ministro de Exteriores, Javier Solana, acudió anoche a la cena con su colega británico, Douglas Hurd, y a la reunión formal que hoy celebran en Londres ambos ministros.

"España no puede tolerar que esa situación de tráficó ilícito se mantenga", dijo ayer Solana en Bruselas, para anunciar una "actitud firme", pero "con espíritu constructivo" en el contacto bilateral con Londres. Solana recordó que a principios de los años ochenta "España tomó decisiones de muy buena voluntad" [la apertura de la verja], que "no se han visto correspondidas por la otra parte", por lo que se siente seguro en la posición "de demandar". Madrid protesta porque las directivas comunitarias en materia financiera, que dificultan el blanqueo de dinero, no se aplican en Gibraltar.La posición de Londres, que ya ha instado al ejecutivo del Peñón a cumplir con los requisitos comnunitarios, será pedir un relajamiento en las medias de control fronterizo impuestas hace un mes y medio.

En realidad se considera que el aumento de la presión pretende forzar un acuerdo político sobre el futuro de la Roca. Algo que ya empezó a plasmarse en la cumbre de Essen, en cuyas conclusiones se recogió la necesidad de solucionar las divergencias bilaterales que obstaculizan la firma del convenio sobre fronteras exteriores de la UE.

El ministro principal de la colonia, Joe Bossano, sacó ayer un comunicado en el que denuncia las mentiras de la prensa española y británica sobre la transformación de la Roca en una plataforma para los tráficos ilícitos y en un centro de blanqueo. Asegura además haber colaborado con la Operación Dinero que permitió la detención de delincuentes en EE UU y en varios países europeos, entre ellos España, según informa Tomás Bárbulo.

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