El 'tornillo' de Sol

El alcalde inaugura y el castizo bautiza. La nueva estatua de Carlos III en la Puerta del Sol recibió ayer la visita del regidor, José María Álvarez del Manzano, y también un nombre de guasa para regodeo de los aficionados al buen reír. El caso es que el texto que narra la historia de Carlos III se ha grabado en su base de granito de modo que quien quiera enterarse de los detalles tendrá que dar once vueltas alrededor del caballo y su ilustre jinete. Y de tanto rodeo a los pies del monumento (que costó 47 millones de pesetas) a un visitante le vino a las mientes un mote. "A partir de ahora diremos: 'Oyes, prenda, quedamos en el tornillo de Sol".

A última hora, un cantero tuvo que retocar la fecha de la muerte del rey (1788). El grabador le había dado un año más de vida. Cuando el alcalde llegó ayer a la inauguración, nadie supo explicar a qué se debía el error.

Pero los comentarios sobre el monumento no se quedaron ahí. Los concejales (todos los del PP) discutían sobre la posibilidad de que algún osado festejante de la Nochevieja se aúpe a la grupa del caballo. Nueve metros sobre el nivel de la plaza y pocos salientes donde agarrarse. Por lo pronto, la valla que rodea el monumento no ofrece peligro, para evitar accidentes mientras suenan las campanadas que anuncian el año. El dueño del campanario, el presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina (a quien no le gusta nada el tornillo) se quedó sin asistir. El alcalde explicó que tuvo que adelantar una hora el acto y que, por eso, no pudo acudir.