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GENTE

NO HABRÁ BODAS DE PLATA FUJIMORI

Juan Jesús Aznárez

La repentina y avasalladora cruzada de Susana Higuchi contra la corrupción ministerial en Perú y su valiente alistamiento con los pobres andinos coincidió en el tiempo con las habladurías de toda la prensa limeña sobre la existencia de amores adúlteros en la vida del presidente Alberto Fujimori. Susana, de 44 años, ingeniera civil, devota del santo rosario, negó siempre que el despecho o el alejamiento sentimental de su esposo hayan movido su activismo y trocado la docilidad conyugal en una furia redentora admirable. Contrariamente, dijo que nunca dejó de quererlo y que su única pretensión fue hacer compatibles la convivencia conyugal y su movilización contra la podredumbre oficial, que denunció porque se sintió incapaz de sobrellevarla. No parece haber sido posible esa armonía, pues este jueves anunció que se divorcia. "Ya no lo amo", anunció por televisión. La enrevesada Susana Higuchi, cuya candidatura a la presidencia en los comicios del próximo 9 de abril fue rechazada por el Jurado Nacional de Elecciones, acudirá a los tribunales peruanos y después a la Santa Sede para solicitar la anulación de un matrimonio que tiene cuatro hijos y está próximo a las bodas de plata. No es de extrañar esta demanda de venia eclesiástica, pues la fundadora del grupo político Armonía Siglo XXI, coligada con un frente de militares y policías jubilados, es fervorosa católica. Poco después de que Fujimori la repudiara como primera dama por "desleal e inestable", Susana abrió a la prensa su nueva y modesta vivienda. San Miguel Arcángel, la Virgen de la Merced y la Inmaculada Concepción ocupaban las mesillas de noche, y en un altar esquinero completaban la unción la Virgen de la Sagrada Familia, María y el Niño Jesús y el Cristo de la Divina Misericordia. Este pío recogimiento y su fe en la trascendencia no impidió que en febrero recabara información sobre sus desvelos y próximo destino terrenal a Marcos Talledo, conocido especialista en esoterismo y caracterología. Cuando el adivinador se disponía a abandonar la residencia de su cliente después de haber cumplido con su misión, la entonces primera dama lo detuvo, según recuerda aquel. "Falta algo, doña Susana", le preguntó. "Por supuesto, lo más importante". "¿Qué cosa?", inquirió el profesional.. "Quiero saber si tengo posibilidades de formar un movimiento y postular a la presidencia de la República". Talledo tiró de las cartas y leyó el tarot, pero nunca quiso revelar cuáles fueron sus consejos. El consultor de Lima observó en la personalidad de Susana Higuchi, que ahora aspira a un escaño en el Congreso, luces y sombras. Coincidiendo con otras opiniones, encontró en ella tres características que también atribuyen a su esposo no pocos analistas políticos y diplomáticos: es una mujer autoritaria, colérica e irascible, con marcada tendencia a dominar a los demás, a veces con actitudes infantiles. Luis Jochamowitz, autor de una biografía no autorizada del presidente, alude a unas graves desavenencias entre las familias de ambos.-

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