Francia dota con 18.500 millones su cadena de TV educativa
Francia cuenta con una nueva cadena pública de televisión. Se trata de La Cinquième (La Quinta), dedicada a la ciencia, la educación y la integración social, que comparte frecuencia con Arte, otra televisión pública franco-alemana. La Cinquième completa el uso de la banda que dejó libre en 1992 la liquidación de la Cinq inspirada por Berlusconi.Los responsables de La Cinquième se quejan de que su presupuesto anual, de 775 millones de francos (unos 18.500 millones de pesetas), no permite explotar al máximo las posibilidades de la cadena, por el hecho de que el 80% de la programación deberá ser de producción propia, dada la escasez de material educativo de calidad en el mercado internacional. La nueva cadena buscará financiación adicional mediante la inserción de anuncios, captados conjuntamente con Arte. Para el año próximo, los ingresos publicitarios están presupuestados en 28 millones de francos.
Desde las 6,15 de la mañana hasta las 7 de la tarde, hora en que empiezan las emisiones de Arte, la Cinquième ofrece programas educativos. Y "para desengrasar", según el presidente de la cadena, Jean-Marie Cavada, alguna vieja teleserie, como Rin-tin-tin.
Algunos de los programas: Los aventureros del conocimiento, elaborado como un videojuego interactivo para la llamada Generación Nintendo; Quién vive, dedicado a la salud; Business humanum, sobre economía; El sentido de la historia, sobre historia; Desafíos, sobre las nuevas profesiones; y La vida ante mí, de orientación profesional para los estudiantes de 8 a 16 años. La audiencia podrá participar a través de veinte microestaciones automáticas (una cámara y un micro) distribuidas por Francia.
La idea de La Cinquième partió en 1992 del entonces ministro de Cultura, el socialista Jack Lang, y fue tomada de nuevo en 1993 por el ministro de Comunicación conservador Alain Carignon (actualmente en prisión preventiva y procesado por presunta corrupción). La mayoría conservadora en el Parlamento no quería una nueva cadena pública. Carignon logró convencer al primer ministro, Edouard Balladur, y a los líderes parlamentarios. A cambio, Balladur impuso un organismo de coordinación entre Arte y la nueva cadena.
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