Dura Navidad
La plantilla de Pesa Electrónica aprende a sobrevivir sin sueldo
Las navidades llegarán, dice Mari Carmen Fernández, porque están ahí, en la última hoja del calendario. "Pero fíjese qué panorama tenemos, como para pensar en esas fiestas", explica Mari Carmen, esposa de Antonio García Calvillo, uno de los 300 trabajadores de Pesa a los que se adeudan los sueldos de septiembre, octubre y noviembre -70 millones cada mes en total-.La crisis de la empresa, dedicada con éxito a la moderna tecnología audiovisual, y que perteneció al Grupo Amper entre 1989 y abril de 1994, ha obligado a 300 familias a vivir en una situación caótica. Acuden a diario a sus puestos de trabajo (de 7.15 a 15.30) sin cobrar por ello a final de mes. No pueden apuntarse al paro mientras no se resuelva la suspensión de pagos. Los ahorros, si los hay, y el entorno familiar, cuando puede, ayudan a sobrellevar la economía doméstica de subsistencia basada en el más drástico recorte presupuestario.
El hogar de los García Calvillo, en el barrio de la Fortuna (Aluche), es coqueto y está inmaculado. A su nieto de cinco años, cuya madre también trabaja en Pesa Electrónica, le han avisado de que, este año, los Reyes Magos tienen que repartir entre muchos niños. Ángel Balboa, de 32 años, casado y con dos hijos, de tres y dos años de edad, también ha iniciado la campaña de concienciación. "El niño está en la fase de apuntar todo lo que le gusta y ya empezamos a decirle que, este año, los Reyes no van a pasar por casa", comenta. Más realista, imposible: "Las navidades se presentan muy duras porque no estamos preparados ni económica ni psicológicamente". Por eso, de lotería casi nada. "El año pasado me gasté 25.000 pesetas y este año no llega a 1.000 pesetas", explica un anónimo trabajador cincuentón.
Ángel Balboa, con 15 años de antigüedad en la empresa, cree que la situación a la que le ha abocado la crisis de Pesa "no puede ser más dramática". "Hace siete meses que me compré un piso en Vallecas y ya he tenido que renegociar con el Banco Hipotecario la primera letra semestral. Hasta ahora hemos tirado con lo que me ha dejado mi suegra, pero también es una mujer humilde".
El caso de la familia Balboa rompe el paisaje de reactivación económica que pintan algunos políticos. Hace seis meses, el 100% de los hermanos Balboa trabajaba y nunca se habían enfrentado al drama del desempleo. Hoy, dos hermanos están en la plantilla de Pesa, con lo que llevan tres meses sin cobrar, y una hermana, empleada de una empresa de ingeniería, se ha quedado en la calle tras una reducción de personal. Sólo se han salvado los dos hermanos funcionarios. Para colmo, a su esposa, en el paro, le surgió un trabajo a tiempo parcial por 45.000 pesetas al mes, "pero, como consistía en unas horas por la mañana y otras por la tarde, nos generaba unos gastos de guardería, comedor y transporte de 70.000 pesetas".
Cuando el grifo se cierra hay que reducir gastos al máximo. El matrimonio formado por Mari Carmen Bagullo y Fernando Muñecas trabaja en Pesa desde hace 20 años. Han tenido que prescindir de la señora que llevaba y traía a su hijo de 11 años del colegio y le daba de comer en casa. "Como madrugamos mucho, al niño lo despierta el conserje, y solito desayuna y se viste", explica Mari Carmen. A cambio tiene que comer en el colegio e ir en la ruta, así que se ahorran el sueldo de la señora, pero pagan 20.000 pesetas más de factura.
Los niños no son ajenos al problema que se vive en sus casas. "Mi hijo nos dice que no nos preocupemos", explica orgulloso su padre, Fernando Muñecas, quien añade: "Ya ha dicho que los juguetes que todavía no ha tocado le sirven de regalo para este año".
Ante esta situación, en los 300 hogares, cualquier gasto en entretenimiento se borra de un plumazo. "Nos limitamos al carrito de la compra, ni salir, ni cine ni nada. Es un parón en tu vida alucinante", explica Fernando Parra, de cuyo sueldo de 140.000 pesetas viven él, su mujer y su adolescente hija rubia. El zafarrancho de combate ha afectado a todos los gastos. "El seguro del coche, por ejemplo; antes lo teníamos a todo riesgo y ahora lo hemos cambiado a terceros". Y, al no tener la última nómina, no puede pedir créditos. Es cuando el bricolaje pasa de ser una diversión a convertirse en una obligación. "Las chapuzas que antes mandabas a reparar ahora lo haces tú", explica, mientras arregla la suela de una bota en su casa del barrio del Aeropuerto.
Por descontado que la nevera es la primera damnificada en un situación de economía de subsistencia. "Comer, comemos; pero compro carne de tercera", explica Mari Carmen, la mujer de Antonio García Calvillo. Hasta la previsión sanitaria se tambalea. "Estamos planteándonos darnos de baja de una sociedad médica privada y limitarnos a la Seguridad Social", explica la mujer de este encantador matrimonio cincuentón vecino de Aluche. El marido se consuela: "Mi mujer y yo pertenecemos a una generación acostumbrada a los sacrificios y hemos aprendido a sacar 1.300 pesetas de cada billete de mil".
Administrador judicial
El juez encargado de la suspensión de pagos de Pesa Electrónica ha destituido al administrador único, John Servizio, y ha nombrado a un judicial, según informan fuentes sindicales. El juez, Pablo Ureña, ha declinado hacer ninguna declaración del porqué de esta medida, encaminada a controlar las salidas e ingresos de dinero que se produzcan en la empresaLa dirección de Pesa presentó el pasado 17 de noviembre en la Dirección Provincial de Trabajo un expediente de extinción de contratos que afecta a 209 de los 314 trabajadores de la plantilla, según añaden las mismas fuentes. La empresa, dedicada a la fabricación y montaje de equipos audiovisuales, alega, para respaldar el despido, la situación financiera y los costes salariales.
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