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Pues algo si que se consigue

Juan Arias

Muchos de los lectores que acuden a este departamento suelen empezar diciendo: "Aunque sé que no va a servir para nada...". Pues a veces sí sirve. Y ya mi antecesora Sol Gallego había explicado en una ocasión que el Defensor del Lector no tiene una varita mágica para resolver todos los problemas que le plantean los lectores. Primero, porque a veces lo que les gusta a unos a otros les desagrada. Y porque, en otras ocasiones, problemas técnicos o de gestión hacen imposible resolver algunas cosas. De lo que sí. tiene obligación este departamento es de escuchar, valorar y dar conocimiento a la dirección de todas las quejas y sugerencias que le llegan de los lectores. Y eso se hace puntualmente.Pero hay veces que se consiguen cosas muy concretas. Y recuerdo que mi compañera Sol solía congratularse con los lectores de ello. Hoy también quiero hacerlo yo con algunos logros conseguidos con los problemas de la publicidad. Y querría aprovechar para recordarles a los lectores -que suelen ser muy exigentes en esta materia- que sin la publicidad un diario moriría y que de ella depende paradójicamente buena parte de nuestra libertad e independencia, ya que existen otras esclavitudes mayores que la publicidad. Y que cuando, en algunos: casos -como lo ha hecho en más de una ocasión este diario-, se llega a rechazar incluso una publicidad para respetar unas leyes severas de rigor ético que nosotros mismos nos hemos dado internamente por coherencia con la línea fundacional, no se hace sin un coste y sin un verdadero sacrificio. Dicho esto,. paso a lo que hemos conseguido.- José María Ruiz San Basilio, un joven estudiante de Málaga, escribió quejándose del anuncio que aparecía los domingos en las páginas del suplemento Negocios sobre el juego Directivos 95, en, el que, junto con otras em presas, participa también EL PAÍS y que va dirigido a universitarios. Según el lector, el anuncio tenía. trampa porque no decía en ninguna parte que para participar había que pagar 60.000 pesetas por cada equipo.

El Defensor del Lector lo hizo notar al responsable de promoción, Manuel Ledesma, quien inmediatamente hizo incluir a partir de entonces el precio del juego en el anuncio.

- Luis Miguel Santos, de Salamanca, escribió protestando por una campaña publicitaria a color aparecida en las páginas centrales del suplemento Tentaciones porque podía, según el lector, confundirse con un reportaje informativo, en cuyo caso violaría las normas del Libro de estilo de este diario. En realidad, el anuncio llevaba incluida la palabra publicidad.' Y la gráfica no era idéntica porque el diseño es propiedad exclusiva de EL PAÍS. Pero sí es verdad que podía haber una intención por lo menos subliminal de parecérsele, cosa que, por otro lado, es siempre la tentación de las firmas publicitarias.

En el caso ha intervenido personalmente el director, Jesús Ceberio; quien ordenó que dichas páginas no se numeraran, ya que las páginas enteras de publicidad no se numeran en el suplemento Tentaciones. Se aumentó también el tamaño de la palabra publicidad y se pidió a la empresa que introdujera en el diseño. del anuncio elementos distintos de los de] texto redaccional para evitar confusiones. Y todo ello ha quedado resuelto.

-J. A. Maldonado y Paco Montesdeoca habían escrito lamentándose de que en el anuncio aparecido en EL PAIS de una empresa de zapatos se hiciera alusión "a la progenitora de la madre del tiempo". También del Instituto de la Mujer nos han enviado copia de una carta que' el Ministerio de Asuntos Sociales había cursado a la empresa comunicándole que habían recibido una denuncia sobre dicho anuncio y que también dicho ministerio consideraba que podía "fomentar la discriminación entre sexos".

Los responsables de publicidad de EL PAÍS han comunicado a este departamento que se habían puesto en contacto con la empresa rogándole que cambiara dicho anuncio y que han tenido confirmación de que así lo hará.

- David Blanco, de Madrid, se queja "del anuncio de un anuncio". Concretamente, del anuncio que el diario mismo hace para llamar la atención sobre la sección de relax, donde se dice: "¡Ahí te quiero ver!". El lector señala que comprende muy bien que un diario no tiene por qué rechazar publicidad de este género. Pero que le parece excesivo "que sea un periódico como EL PAÍS quien anime a consumir tal producto".

Los responsables del anuncio del anuncio" confiesan que no existía ninguna intencionalidad de caldear precisamente lo anunciado en dicha sección, como no lo hace con ninguna otra. Y así se cambiará el anuncio sin problema.

-Por último, José Camino nos escribe desde las Naciones Unidas, donde trabaja, para plantearnos el problema siguiente: la Green Card estadounidense publica en EL PAÍS un anuncio ofreciendo 55.000 visas para inmigrantes. Según el lector de las Naciones Unidas, los abogados que trabajan en estos temas cobran entre 50 y 150 dólares por inscripción y ahora entre 1.000 y 2.000 dólares por los trámites finales si se sale agraciado. Y todo eso es legal. Lo que ocurre es que, como nos informa el señor Camino, en este caso el plazo de recepción de solicitudes "se cerró hace ya dos meses e incluso han empezado ya a entregarse las primeras tarjetas a quienes reúnen ciertos requisitos". Y su temor es que si sigue publicándose el anuncio pudiera ser un elemento de estafa para muchos españoles, quienes, escribe, "confiados en la seriedad de los estadounidenses, puede que estén enviando a las señas del anuncio una cantidad considerable de dólares".En el departamento de publicidad me han explicado que cuando salió por vez primera el anuncio se hizo una investigación a través de nuestro corresponsal en Washington, Antonio Caño, quien informó de que el anuncio era serio y no había nada ilegal.

Pero si es cierto, como afirma el lector, que ya se ha acabado el plazo, es justo que el anuncio deje de salir. Y el departamento de publicidad ha tomado nota para no volver a publicarlo, en caso de que fuera solicitado por Green Card, antes de haber apurado si don José, Camino lleva razón. Mientras tanto, ¡atentos los posibles clientes inmigrantes. a no enviar dinero antes de estar seguros de que aún pueden tener posibilídad de obtener la visa por este procedimiento!

Por su parte, este departamento se limita a dar conocimiento de la advertencia -que. le agradecemos- del lector de las Naciones Unidas sin entrar en el juicio de la misma.Vuelven, las isobaras- Ezequiel Puente, de León, nos había escrito en nombre de un grupo de maestros para ver si era posible, en el nuevo mapa del tiempo -cuyo cambio, por cierto, ha sido muy apreciado explícitamente por numerosos lectores- introducir las isobaras o curvas para la representación cartográfica de los puntos de la Tierra que tienen la misma presión atmosférica. Pues bien, el director adjunto Javier Valenzuela confirma que las isobaras se van a introducir, aunque sólo en el mapa del tiempo europeo. Pues algo hemos ya ganado, ¿no?

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