Inspección general de lugares públicos de China tras el pavoroso incendio de Karamai
La muerte de 311 personas, en su inmensa mayoría niños, a causa de un incendio en un cine de Karamai, ciudad petrolera al noroeste de China, ha obligado al Gobierno de Pekín a ordenar una inspección general urgente de la seguridad en todos los lugares públicos del país. La catástrofe, que causó además unos 130 heridos, se produjo tan sólo 10 días después de que otro incendio se cobrará 233 vidas en un salón de baile de Fuxin.El diario de la juventud china informaba ayer de que las salidas de socorro del cine se encontraban cerradas en el momento en que estalló el incendio. Los aproximadamente 900 espectadores, escolares en su mayor parte, acompañados de maestros y parientes, fueron presa del pánico al no, poder escapar del lugar de la tragedia. El tejado se hundió cuando centenares de personas se hallaban todavía en la sala.
El Consejo de Estado (Ejecutivo) chino emitió un decreto en el que ordena el cierre inmediato de todos los locales públicos que no cumplan estrictamente Ias medidas de seguridad, así como el refuerzo de las inspecciones previas a la concesión de permisos para abrir nuevos establecimientos.
Más de 2.000 personas- han muerto en lo que va de año en incendios ocurridos en cines, salas de baile y otros locales públicos, según datos incompletos publicados por la prensa china.Miles de personas rindieron ayer homenaje en Karamai, soportando bajísimas temperaturas, y bajo la nieve, a las víctimas del desastre. "La ciudad entera está de luto", dijo un funcionario local. "Es una tragedia que ha ahogado toda esperanza. Karamai tardará años en recuperarse de su dolor".
A finales de 1,993, ardieron dos fábricas en el sureste de China, con el resultado de 148 muertos, al estar bloqueadas las ventanas y salidas de emergencia, en un caso, y, en el otro, porque los dormitorios comunales estaban junto a numerosos fardos de material tóxico e inflamable. Las fábricas pertenecían a empresarios de Taiwan y Hong Kong que, supuestamente, eludieron las normas de seguridad sobornando a funcionarios.
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