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El PSOE prevé mayoría absoluta sólo en dos de las 113 poblaciones de más de 50.000 habitantes

Luis R. Aizpeolea

Un estudio de carácter interno que manejan actualmente los socialistas prevé que, de mantenerse la tendencia de los dos últimos procesos electorales -el de las generales de 1993 y el de las europeas de 1994-, el PSOE sólo mantendría la mayoría absoluta en dos de los 113 ayuntamientos de más de 50.000 habitantes, mientras el PP lo conseguiría en 36, e Izquierda Unida (IU), en 3. En los anteriores comicios el PSOE obtuvo mayoría absoluta en 28 localidades de estas dimensiones. El apoyo de IU -actualmente muy dudoso por la política del coordinador general de la coalición, Julio Anguita- permitiría a los socialistas hacerse con la alcaldía en 33 grandes municipios.

Los socialistas, con un ambicioso plan de campaña preelectoral, muy centrado en el debate municipal, tratan de alterar este panorama y confían en que el tirón de sus candidatos a alcaldes permita superar la marea electoral negativa.De acuerdo con el citado estudio que en la actualidad se maneja en el PSOE como hipótesis de trabajo de cara a los comicios de mayo, de no existir pactos, los socialistas conseguirían por mayoría simple al menos 25 alcaldías, por 53 del PP, en aplicación de la Ley de Régimen Electoral General (de no haber acuerdo, se convierte en alcalde el cabeza de lista más votada). Si hay pactos con IU, el PSOE obtendría 33 municipios y cuatro más con el apoyo del PNV. En la actualidad el PSOE tiene la alcaldía en 72 localidades y el PP en 18. A escala territorial, y a seis meses de las elecciones, el menor desgaste para los socialistas en las grandes poblaciones se prevé en Andalucía, el País Vasco y Cataluña, aunque está pendiente la gran batalla de Barcelona entre Pasqual Maragall (PSOE) y Miquel Roca (CiU).

De las cinco, alcaldías socialistas vascas, previsiblemente sólo cuatro continuarán gobernadas por el PSOE: Irún, Barakaldo, Portugalete y Santurtzi El Gobierno de San Sebastián depende en buena parte de la política de pactos entre socialistas y nacionalistas. En Andalucia, los resultados están muy supeditados a la política de pactos que se materialice tras las elecciones.

Las peores expectativas para el PSOE y las mejores para el PP se presentan en Murcia, Galicia,las dos Castillas,Baleares, Canarias y Aragón, además de Extremadura. En la Comunidad de Madrid, las principales beneficiarias del desgaste experimentado por los socialistas serán las listas de IU, aunque en la capital lo serán las del PP que, por otro lado, ya gobierna en el municipio.

En las poblaciones industriales de los alrededores de Madrid, el llamado cinturón rojo -Alcalá, Alcobendas, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, Parla, Torréjón, San Sebastián de los Reyes-, los socialistas necesitarían el apoyo de IU para disponer de alcaldías.

Pero incluso, de no cambiar la actual tendencia del voto en los dos últimos comicios, IU podría hacer que sus candidatos obtuvieran la vara de regidor en cinco de esas localidades: Alcalá, Leganés, Móstoles, San Sebastián de los Reyes y Torrejón. Una situación relativamente similar se les presenta a los socialistas en Asturias. En la región murciana, los socialistas se arriesgan a perder las alcaldías de la capital y de Cartagena a favor del PP. Sólo mantendrían Lorca, con el apoyo de IU.

De las alcaldías gallegas del PSOE -El Ferrol, Santiago, Orense, Vigo y La Coruña-, sólo esta última mantiene expectativas favorables para los socialistas. El triunfo de las listas con el anagrama del PSOE en esta localidad se achaca en el estudio a la fuerte personalidad de su actual alcalde, Francisco Vázquez. En Santiago y Orense, los socialistas necesitarán para seguir gobernando el apoyo de los demás partidos de izquierda, IU y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG).

En Castilla-La Mancha, las expectativas electorales son muy sombrías para las candidaturas socialistas, y se muestran favorables para las del PP. De los seis ayuntamientos con poblaciones superiores a 50.000 habitantes gobernados actualmente por los socialistas, de acuerdo con este estudio, pasarían a manos del PP los de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Toledo y Talavera.

El PP mantendría Guadalajara, y sólo Puertollano seguiría siendo del PSOE, siempre que contara con el apoyo de la formación que lidera Anguita. En Castilla y León, los socialistas perderían plazas como Valladolid, Salamanca, Palencia y Zamora, que irían a parar a candidatos del PP. Sólo mantendrían Ponferrada, y eso con el apoyo de IU. Las tres capitales aragonesas parecen predestinadas a ser feudos populares.

Las malas expectativas arriconan el pacto local

La actitud del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, tradicional defensor de las tesis municipalistas ante el poder de las comunidades autónomas, sorprendió a municipalistas y autonomistas del PSOE. Guerra ha moderado sus posiciones y ha optado por dar el visto bueno al temporal arrinconamiento del pacto local. El número dos del partido socialista no ha dado la batalla contra los presidentes, autonómicos más críticos con el pacto, el valenciano Joan Lerma y el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra.El pacto municipal se reconvierte por ahora en una oferta electoral programática. Felipe González y Alfonso Guerra han renunciado por el momento a defender el pacto, previsto inicialmente como reclamo para las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo. Detrás de esta renuncia hay una importante carga política.

Inconveniencia

González ha dejado claro ante la Comisión Ejecutiva del PSOE la inconveniencia de abrir ahora un debate que puede enfrentar al Gobierno con los nacionalistas y a los presidentes de comunidades autónomas con los representantes municipales por la actitud recelosa de los Gobiernos autónomos a ceder poder a los ayuntamientos.

En la actitud de Alfonso Guerra hay otras claves, implícitas en el debate socialista y que están ligadas a las malas expectativas que se presentan al PSOE en las elecciones municipales de mayo en los ayuntamientos más poblados, superiores a los 50.000 habitantes. Son precisamente los 113 municipios españoles de más de 50.000 habitantes -y más aún la veintena superior a los 100.000- los más beneficiados en una hipotética aplicación del pacto local, al aumentar sus responsabilidades en cuestiones muy próximas al ciudadano.

Detrás de la firme posición en contra del pacto local de presidentes regionales como Rodríguez Ibarra o Lerma hay que entrever las serias posibilidades de que tras los comicios de mayo los ayuntamientos de Cáceres y Badajoz pasen de tener un alcalde socialista a otro popular, de que Valencia continúe gobernada por el PP y de que, incluso, lo sean poblaciones como Gandía o Elda, actualmente en manos de los socialistas.

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