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LA CRISIS DE IBERIA

Los pilotos rompen Iberia

Iberia se rompió ayer. Pese a la disposición de asumir un recorte salarial del 15% mostrada por los pilotos el pasado viernes para volver a sentarse en la mesa de negociación, ayer su sindicato, la sección sindical del SEPLA, rompió las conversaciones y lanzó a la compañía, de nuevo, al plan de choque, o plan B, que su pone el despido de 5.220 trabajadores y la segregación de la compañía para venderla a trozos. Los pilotos mantuvieron durante más de cinco horas exactamente la misma actitud que el pasado jueves, cuando se produjo la primera ruptura, excepto en el tema salarial. Asumieron un recorte del 2,7% sobre tablas de 1992, algo por encima del 1,03% que ofrecían la pasada semana, pero muy lejos del 15% que solicita Iberia.

A medianoche la desolación se apoderó ayer de la sede de la compañía. "Iberia", dijo su presidente, Javier Salas, al leer un comunicado "muestra su sorpresa ante la postura del SEPLA". Más tarde, admitió: "Me siento engañado". La empresa afirmó que la mayor parte de las medidas solicitadas por el SEPLA ha bía sido aceptada, y añadió ayer al 80% del pago de los atrasos de convenio el 20% restante en acciones de la compañía. Pese a ello, el SEPLA no se movió del recorte del 2,7%, por lo que Salas argumentó que la ruptura de las negociaciones por parte de los pilotos obedece a "motivos meramente económicos". ¿Por qué se sentaron los pilotos a negociar si sabían que la condición inexcusable era un recorte salarial del 15%?. "Lo que creo", dijo Salas, "es que los pilotos habían salido de las anteriores reuniones con una posición [socialmente] insostenible, y hoy han mantendio esta reunión para intentar mandar el mensaje contrario, que no son razones económicas las que les impulsan.

Las exigencias

En ello pusieron su empeño los representantes del SEPLA, que en un comunicado difundido la noche de ayer denuncian la "gestión política" de la empresa y exigen "de manera inmediata" lo siguiente: "cese del actual equipo directivo de Iberia (presidente, vicepresidentes y consejero-delegado); nombramiento de nuevos gestores que definan un auténtico plan de viabilidad; solicitud inmediata a Bruselas de la necesaria autorización para ampliar el capital, aun sin acuerdo, como sucedió en Air France; y nombramiento de una comisión externa de investigación para conocer en detalle los errores cometidos por los sucesivos gestores y las razones de los mismos".Los pilotos, en una apresurada rueda de prensa que estaban deseosos de finalizar, no aclararon, sin embargo, quién compondría esa comisión de investigación, aunque dejaron caer que podrían formarla "los miembros de los partidos políticos, menos del Gobierno". "O sea" dijo uno de sus portavoces, "los de la oposición".

Los pilotos hicieron un llamamiento al resto de los trabajadores de la compañía para que apoyen su postura y expresaron su

"compromiso de, una vez establecido por los nuevos gestores de la compañía un plan de viabilidad, asumir una reducción salarial en el porcentaje que fije dicho plan". De otra forma, aceptarían con otra gestión recortarse el sueldo. Y esa gestión tendría que estar formada, según dijeron, por especialistas en transporte aéreo. "No queremos decir quiénes tienen que ser los nuevos gestores", dijo uno de los representantes del SEPLA. Pero, desde luego, dió pistas. "Tienen que conocer la aviación y los profesionales técnicos tienen en Iberia una antigüedad media de entre 18 y 25 años. No entendemos que otras personas ajenas a la compañía aérea asuman responsabilidades". añadió. Los pilotos, en su comunicado, presentan en todo momento el acuerdo alcanzado por la empresa con CC OO, UGT, SITCPLA (tripulantes de cabinas), SEOTV (técnicos de vuelo) y ASETMA (técnicos de mantenimiento), como un acuerdo sólo entre CCOO y UGT, basado en "datos económicos no ciertos". "SEPLA-Iberia", dice el comunicado, "tiene graves reservas acerca de la cesión de la compañía de admitir en el seno de su comisión ejecutiva a los sindicatos CC 00 y UGT".

Por lo que se refiere a medidasde presión, afirmaron que no las estudiarían hasta que Iberia no ponga en marcha el plan de choque. La compañía aseguró ayer que lo hará esta misma semana.

La negativa de los pilotos a asumir sacrificios salariales similares a los de otros colectivos "ha destrozado el plan de viabilidad de Iberia y el principio de acuedo alcanzado con otros sindicatos", afirmó ayer Javier Salas. Ese principio de acuerdo, que ahora es papel mojado, suponía un recorte salarial de entre el 3% y el 15%, según niveles, sobre tablas de 1992, y una reducción no traumática de 3.500 empleos.

La aritmética salarial

La presentación de un plan de viabilidad "creíble" ha sido siempre expuesta por los pilotos como la exigencia necesaria para asumir una reducción salarial. Y en este sentido, Iberia y el SEPLA acercaron posiciones en distintos aspectos ajenos al salario. Para conseguir el 15% de reducción salarial acordado ya con los trabajadores de tierra, técnicos de vuelo y tripulantes de cabina, la compañía aceptó parte del plan de los pilotos. Iberia se comprometió a definir el papel de la dirección corporativa en el grupo; a mantener la actual capacidad de producción; a reiniciar el charter; a recuperar líneas de VIVA; y a no ceder líneas a Aviaco. Igualmente, contaba con la participación de SEPLA en la negociación del plan de reducción de gastos (plan PREGA) y a negociar específicamente las partidas que afecten a su convenio colectivo. En cuanto a la flota, también se aceptó una homogenización y simplificación de los tipos de aviones con participación del SEPLA. Sin embargo, nunca hubo el más mínimo acuerdo en el capítulo salarial. Ayer, el SEPLA ofertó lo siguiente: actualización de las tablas salariales de 1993 y 1994, más incremento de la productividad del 1,5% para los años 1994 y 1995. A las tablas resultantes tras estas operaciones se le reduciría un 15%, lo que representa un decremento del 2,7% sobre los sueldos de 1992. Este porcentaje es muy inferior al que pide la empresa (15% sobre tablas de 1992) y al que han pactado la mayoría de los trabajadores de tierra, tripulantes de cabina y, técnicos de vuelo (una media del 8,5%). Ese plan estaba pendiente de la aceptación por los pilotos de un recorte similar, que no se ha producido. Iberia pretendía alcanzar con el conjunto de los trabajadores -una plantilla de 24.000- un acuerdo con el que pedir autorización en la Unión Europea para una ampliación de capital que cifra en 130.000 millones de pesetas (el SEPLA pide ampliación mínima de 173.000). La compañía terminará el año con sólo 25.000 millones de fondos propios que podría tragarse el primer trimestre del año que viene, en temporada baja, con lo que tendría que presentar quiebra si no se capitaliza.

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