Dos mujeres denuncian que sus ex compañeros las coaccionan con fotografías suyas desnudas

Dos mujeres que viven en Madrid han acudido a los jueces de la plaza de Castilla porque sus ex compañeros sentimentales las coaccionan y amedrentan con fotografías suyas desnudas, tomadas por ellos cuando hacían vida marital. Ni las mujeres ni sus respectivos ex compañeros sentimentales tienen relación entre sí, según fuentes de la investigación.Una de las mujeres víctima de este singular chantaje es E. S., una dominicana residente en España. E. S. ha presentado una querella contra el hombre con el que ha convivido los últimos cuatro años,. un quiosquero madrileño cuyo nombre se corresponde con las iniciales J. H. Le acusa de facilitar fotografías suyas íntimas, por despecho, a dos revistas de contactos sexuales que se editan en Madrid, según los citados medios. En la querella exige al quiosquero cinco millones de pesetas por los daños morales provocados. El quiosquero no se limitó, presuntamente, a facilitar las fotografías a las citadas revistas, sino que, una vez publicadas, se desplazó con su coche al parque de Aravaca (donde se suele reunir los fines de semana inmigrantes dominicanos residentes en Madrid) y arrojó a través de la ventanilla varios ejemplares de las revistas, en las que salía ella totalmente, desnuda. Varios testigos reconocieron al citado quiosquero. Junto a las fotografías se leía: "Por hacerlo mal con el hombre con el que vivió durante cuatro años, por puta y cuero, me veo por los suelos".

El otro caso de coacciones sexuales mediante fotos íntimas que ha llegado a los juzgados es el de A. R. Esta mujer afirma que su ex marido la ha estado coaccionando con fotografías suyas desnuda desde poco después de la separación matrimonial.

A. R. asegura que en una ocasión, tras la ruptura de su matrimonio, su ex marido (cuyas iniciales son L. C.) la violó y después la fotografió desnuda sin su consentimiento. Con posterioridad a esa violación, su ex marido, según ella, ha utilizado las fotografías para amedrentarla y, de esta forma, conseguir que acceda a sus deseos sexuales.